Ali Mohamed al Nimr tenía 17 años cuando en 2012 fue detenido y acusado de haber participado en protestas contra el gobierno y de poseer ilegalmente armas de fuego. Fue condenado a muerte por crucifixión dos años más tarde. Ahora, Arabia Saudí ha desestimado su apelación final y no tiene otras opciones legales para luchar contra la sentencia, informa «Middle East Monitor».
Se le acusó de participar en «manifestaciones ilegales», de posesión ilícita de armas de fuego y de arrojar bombas molotov a las patrullas de la Policía.
Según informa el «International Business Times», el joven es sobrino del jeque Nimr al-Nimr, que además es un líder religioso importante crítico del régimen de Arabia Saudí y que también fue condenado a muerte en 2014. Activistas y críticos del gobierno afirman que este hecho podría estar relacionado con la dura condena a Mohamed al Nimr.
Los activistas dicen que el joven Al Nimr fue torturado, se le negó el acceso a abogados y además fue obligado a firmar una confesión bajo coacción. Su juicio no cumplió las normas internacionales y su apelación se celebró en secreto.
Lissette García
RosasSinEspinas
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