Un desahogo entre tú y yo mi señor (Reflexión)

New York, Por, Lissette García, Buenos días mi Dios, gracias por tu inmenso amor, gracias porque sé que aun sin verte estas presente en cada segundo de mi vida. Oh padre he sido tan afortunada has tenido tanta misericordia y amor para conmigo, que no existen palabras que puedan expresar lo feliz y lo triste que se siente saber que con tanto conocimiento sobre tus promesas, yo te haya faltado de tantas maneras. Pero tú nunca me has abandonado hemos peleado muchas batallas juntos, que en este día mi alma se siente afligida y mi corazón contrito, al darme cuenta que ya no soy la misma, que me faltan las fuerzas, mas no la fe en ti, pero la carne es débil y el maligno astuto, pero yo me aferro a ti y a tus promesas en este momento en que mi alma y mi cuerpo se sienten caer a pedazos. Perdóname oh padre mío, tú que lo has dado todo por mí siendo quien soy, carne, perdición, vanidad, egoísmo y perversión, hoy me doy cuenta de tantas cosas que antes tenía tan presentes y que un día sin darme cuenta deje de ver perdí mi norte, pero nunca he dejado de amarte, fuiste tan generoso con esta hija que le arrebataste no una ni dos veces a la muerte, que le diste a conocer la abundancia material como a pocos. Llego el tiempo de prueba y desfallezco, no por la falta material, sino por darme cuenta que me fui dejando ganar por el mundo y que aun contando a otros las maravillas que habías obrado en mi vida, al mismo tiempo estaba perdiendo mi alma. Padre auxíliame, ten piedad y ayúdame a enmendar y resarcir todo aquello que haya estropeado, tu comes corazones y conoces intenciones, aun antes de subir a nuestros corazones, penetra en el mío y límpiame de toda maldad e iniquidad que pueda habitar dentro de mí, Cristo reclámame, pues ya tu pagaste un alto precio por mí, derramando tu preciosa sangre en la cruz, señor hazme entender tu promesa “Aunque ande en valles de sombra y de muerte no temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo”. Fortaléceme renueva mi alma así como renueva sus fuerzas el águila, dame sabiduría y discernimiento, para poder ver y entender tu voluntad. Quédate a mi lado y no me desampares en el nombre de tu hijo amado Cristo Jesús. Amén. Lissette García RosaSinEspinas