Esta postura del kamasutra es una versión de la más popular entre ellos, pero con variaciones para estimular tu punto G al máximo.
Recibir al maleante entre tus piernas
Inicia este sensual coqueteo entre tu pareja y tú acostándote boca arriba en la cama, con una almohada detrás de tu cabeza. Abre las piernas, levántalas ligeramente y como si quisieras que tus rodillas tocaran tus senos. Pide a tu hombre que se acerque a ti y se hinque sobre la cama.
Al penetrarte, él debe descansar sus antebrazos en tus rodillas (con los brazos cruzados) mientras tú tocas los costados de sus muslos con las manos. Aprovecha la cercanía para acariciar e incluso usar levemente tus uñas, la mezcla de sensaciones lo volverá loco de placer.
El placer de la huída
Controla la profundidad de la penetración jalando o alejando sus muslos con tus manos para que él se acerque más a ti. Esta postura está llena de sensualidad y disfrute para los dos porque él logra entrar tan profundo como tú quieras mientras que su pene estimula tu punto G al máximo.
Si él presiona, manteniendo los brazos cruzados y con poca fuerza, tus rodillas, el placer aumenta considerablemente. De la misma manera él puede descruzar sus brazos y usar sus manos para acariciar tus senos, costados y rostro, para llevarte al orgasmo con una variedad de sensaciones.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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