La justicia ha llegado al raïs egipcio Hosni Mubarak por la muerte de centenares de egipcios que participaron el pasado mes de enero en la revolución egipcia.
Como ha ocurrido en la historia contemporánea con anteriores mandatarios acusados de matar a su propia población (recientemente el general serbio Ratko Mladic rechaza su participación en la matanza de civiles en Srebrenica en 1993), Mubarak -que gobernó Egipcio de forma omnipresente y autoritaria durante 30 años- ha negado todos los cargos que la Fiscalía egipcia ha presentado contra el ex presidente y que le vincula a la muerte de 800 jóvenes opositores que se manifestaban pacíficamente en la Revolución del 25 de enero.
El juicio se ha iniciado esta mañana con la petición de los abogados de Mubarak y del ex ministro del Interior, Habib el Adli, de que no se unan los dos casos.
Después, el fiscal ha leído los cargos al ex presidente y le ha acusado de la participación en el asesinato de los manifestantes y de permitir que su ministro del Interior utilizara munición de guerra contra ellos.
La fiscalía ha asegurado que Mubarak "tenía la intención de matar a manifestantes en las diferentes provincias donde se llevaron a cabo protestas pacíficas contra el deterioro de las condiciones del país".
Además, también le ha acusado de varios delitos de corrupción y malversación de fondos públicos.
En el interior de la jaula y detrás de unos barrotes, desde la que seguirá todo el proceso como suele ocurrir en todos los juicios penales egipcios, Mubarak y sus dos hijos, que están en el mismo habitáculo que él, vestidos con un traje blanco como cualquier preso común, han negado las acusaciones.
"Niego todos los cargos y acusaciones categóricamente. Yo no he cometido esos crímenes", ha afirmado Hosni Mubarak tumbado en una camilla y en el interior de una celda-jaula ante el tribunal en una comparecencia seguida en directo por La Vanguardia.com.
El ex mandatario ha comparecido junto con sus dos hijos, que han sostenido un Corán en sus manos y también están acusados de haber participado en las matanzas contra los civiles.
Según la Fiscalía, Mubarak siendo presidente del país (ahora Egipto está controlado por la Junta Militar que vela por asegurar la transición democrática antes de que se celebren elecciones legislativas), aceptó para él y sus dos hijos cinco villas y otras propiedades por un valor de 39 millones de libras egipcias (6 millones y medio de dólares) del empresario Husein Salem, a cambio de cederle terrenos privilegiados en Sharm el Sheij.
El derrocado presidente ex presidente egipcio y sus dos hijos, Alaa y Gamal, tendrán que responder a las acusaciones de asesinato premeditado e intento de homicidio contra 800 manifestantes de la Plaza Tahrir.
Después, el fiscal ha leído los cargos al ex presidente y le ha acusado de la participación en el asesinato de los manifestantes y de permitir que su ministro del Interior utilizara munición de guerra contra ellos.
La fiscalía ha asegurado que Mubarak "tenía la intención de matar a manifestantes en las diferentes provincias donde se llevaron a cabo protestas pacíficas contra el deterioro de las condiciones del país".
Además, también le ha acusado de varios delitos de corrupción y malversación de fondos públicos.
Según la Fiscalía, Mubarak siendo presidente del país, aceptó para él y sus dos hijos cinco villas y otras propiedades por un valor de 39 millones de libras egipcias (6 millones y medio de dólares) del empresario Husein Salem, a cambio de cederle terrenos privilegiados en Sharm el Sheij.
Otro de los cargos que se le imputan es el supuesto acuerdo con el ex ministro de Petróleo Sameh Fahmi sobre la venta de gas a Israel, por un precio inferior a su valor real en el mercado, a través de una compañía de Salem, que es juzgado en ausencia.
El principal abogado del expresidente egipcio Hosni Mubarak y del exministro de Interior, Habib el Adli, rechazó hoy que se hayan unido ambos casos, durante el juicio histórico en el que comparecen los dos antiguos responsables.
El abogado Farid el Din dijo que la decisión de incluir el proceso contra Al Adli en el mismo caso judicial que Mubarak no es válida.
Por ello, pidió que se remita esta decisión al tribunal que emitió la resolución el pasado 25 de julio, cuando el juez Adel Abdel Salam Goma pospuso el juicio contra el exministro del Interior a hoy, para que fuera juzgado junto a Mubarak y sus hijos.
En cuanto a esta decisión, otros abogados de Al Adli y de los seis asesores del Ministerio del Interior que también son juzgados, pidieron más tiempo para analizar los detalles del caso.
También solicitaron tener acceso a los interrogatorios efectuados a los acusados en el caso contra Mubarak y sus hijos, así como el testimonio del jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, Husein Tantawi, del exvicepresidente Omar Suleiman, y del actual ministro del Interior, Mansur Esawi.
El juicio se aplaza al 15 de agosto
El juicio contra el expresidente egipcio Hosni Mubarak, acusado de planear los ataques contra los manifestantes durante la Revolución del 25 de Enero, ha sido pospuesto hasta el próximo 15 de agosto.
Al final de la vista, el juez Ahmed Refat anunció también que Mubarak será trasladado a un centro médico internacional en la carretera que une El Cairo con la ciudad de Ismailia, en vez de regresar al hospital de Sharm el Sheij, en el que fue ingresado el pasado 12 de abril y desde el que fue hoy trasladado a la capital.
Trasladado a El Cairo en un avión medicalizado
El ex presidente de Egipto, Hosni Mubarak, ha abandonado en un vehículo blindado el hospital de la localidad de Sharm el-Sheikh, donde permanecía ingresado, para aterrizar esta mañana en El Cairo donde a las 10h30 hora local (la misma hora oficial en España) y comparecer en el juicio que se celebra en la Comisaría de Polícia situada a las afueras de la capital egipcia.
El ex presidente egipcio comparece junto a sus dos hijos, también acusados de cometer crímenes contra el pueblo e instigar los asesinatos masivos, encerrado en una jaula y vestido de blanco.
El ex presidente egipcio ha acudido al juicio en ambulancia y comparece acostado en una camilla. Su abogado ha alegado que Mubarak "está gravemente enfermo y no debería comparecer en este juicio".
Además están procesados el empresario Husein Salem, detenido en España, el exministro del Interior Habib al Adli y seis de sus asesores, quienes serán también juzgados por planear ataques contra los manifestantes durante la Revolución del 25 de Enero.
El enorme despliegue policial en torno a la Academia de Policía del Cairo, donde hoy comienza el juicio contra el expresidente Hosni Mubarak y dos de sus hijos, no ha evitado el enfrentamiento a pedradas entre partidarios y detractores del ex mandatario.
Los acusados, que asisten al juicio dentro de unas celdas-jaulas, podrían enfrentarse a la pena capital si son considerados culpables de planear el ataque contra los participantes en las protestas que forzaron la renuncia de Mubarak el pasado 11 de febrero.
Por otro lado, uno de los abogados de Al Adli exigió a las autoridades judiciales que revisen la plaza Tahrir y las zonas próximas al Museo Egipcio para confirmar la imposibilidad de que hayan ocurrido los incidentes tal y como cuentan los testigos, en alusión a los ataques contra los manifestantes.
Además, algunos abogados de los asesores de Al Adli insistieron en que lo que cometieron sus defendidos fue un delito de malversación de fondos públicos y no el crimen de matar a manifestantes.
El pasado 5 de mayo, un tribunal penal condenó a Al Adli a doce años de cárcel por blanqueo de dinero y enriquecimiento ilícito.
Mubarak y sus hijos también están inculpados por abuso de poder y enriquecimiento ilícito.
Es la primera vez que el exmandatario aparece en público desde el pasado 10 de febrero, cuando pronunció un discurso una día antes de renunciar a la Presidencia.
Cientos de agentes desplegados en torno a la sede del tribunal que juzgara a la cúpula del anterior régimen egipcio montaron sucesivos cordones y las medidas para acceder al interior son estrictas.
Decenas de periodistas de medios egipcios e internacionales aguardan para acceder al interior de las instalaciones policiales donde hoy está previsto que comience el juicio.
En torno a la sede del tribunal cientos de personas con banderas egipcias esperan la llegada al tribunal del ex gobernante egipcio y sus dos hijos: Alá y Gamal.
Está previsto que Mubarak llegue en un helicóptero militar al tribunal desde el hospital en Sharm el Sheij, junto a la costa del mar Rojo, donde ha estado ingresado bajo arresto desde el pasado 13 de abril.Los demás acusados, según las fuentes, llegaron en vehículos blindados desde la cárcel de Tora, en las afueras de El Cairo.
Al juicio podrán acceder 600 personas, incluidos abogados, periodistas y familiares de los acusados.
Se trata de un juicio histórico que comenzará a las 10.00 horas de la mañana en la Academia de la Policía del barrio de Tagamo James, al este de El Cairo.
Junto a Mubarak y sus hijos, también se sentarán en el banquillo de acusados el empresario Husein Salem, detenido en España, el ex ministro del Interior Habib al Adli y seis de sus asesores.
Las fuerzas del orden han desplegado unas medidas de seguridad sin precedentes para garantizar la normalidad en la llegada de los acusados, especialmente la del ex mandatario egipcio, que previsiblemente será trasladado al lugar en helicóptero militar.
Participación de los militares
Por otro lado, existen voces críticas con el Ejército que aseguran que los militares están brindando al que fuera su líder para evitar que sea juzgado. "El Ejército tiene intereses en el antiguo régimen. No están haciendo nada por el pueblo. Trabajaron con Mubarak. No le harán daño", asegura Safa Mohamed, de 41 años, en la ciudad de Suez, escenario de alguno de los peores hechos violentos en los 18 días de insurrección popular.
La lentitud con la que se están llevando a cabo las reformas inicialmente prometidas ha provocado nuevas muestras de protesta en las calles de la capital egipcia, donde cientos de manifestantes se han concentrado en las últimas tres semanas para denunciar la manipulación de la que, según ellos, está haciendo gala el Gobierno militar provisional.
Repercusión en países en guerra como Libia
El juicio a Hosni Mubarak tendrá también una gran repercusión en otros países, como Libia, en los que una parte de la población se ha revelado contra el poder imperante. Su juicio podría sentar un precedente incómodo para los autócratas árabes.
"Es un mensaje de advertencia para todos los dirigentes árabes que usan métodos como los de Mubarak contra las revueltas populares, porque si éstas triunfan correrán la misma suerte que él", explica el analista político Mustapha al-Sayed.
El mensaje puede haber llegado ya al líder libio Muamar Gadafi y al presidente sirio Bashar Asad, que no han mostrado signos de renuncia a pesar de unas revueltas que duran ya varios meses. Tampoco han ofrecido concesiones similares a las que ofreció en vano Mubarak en sus últimos días en el cargo, cuando nombró un vicepresidente y prometió no volver a postularse.
Hospitalización de otros ex líderes árabes
Mubarak no es el primer líder árabe en ser juzgado desde que comenzó la denominada 'Primavera Arabe'. El presidente de Túnez, Zine al Abidine Ben Ali, fue juzgado y condenado en ausencia porque huyó a Arabia Saudi.
A diferencia de Ben Ali, Hosni Mubarak ha permanecido en los últimos meses en el país, en concreto, ingresado en un hospital de Sharm el Sheij, en la península del Sinaí, a donde se trasladó junto con su familia poco después de anunciar su renuncia, el 11 de febrero, tras el triunfo de rebelión popular contra su régimen.
El ex mandatario sufrió un ataque al corazón durante un interrogatorio policial el pasado mes de abril y desde entonces ha permanecido en el centro médico donde le han sido diagnosticados choques repetidos de tensión baja. Mubarak padece también fibrilación auricular, que es la contracción espontánea e incontrolada de las fibras del corazón, lo que podría causarle eventualmente un paro cardíaco.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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