El Estado Islámico (EI) avanza en Irak y Siria. En Irak, el Ejército iraquí, entrenado por Estados Unidos y con armas ofrecidas por la Casa Blanca, retrocede y abandona ciudad tras ciudad. En Siria, la situación ya era caótica antes de la llegada del EI, con las fuerzas de Assad luchando contra los rebeldes, moderados o no. Los únicos que parecen hacer frente al implacable avance de los yihadistas del EI son los kurdos. Kurdos en Siria, kurdos en Irak, voluntarios kurdos de Turquía. Sus milicias «peshmerga» se enfrentan sobre el terreno a los guerreros del califato. Entre ellos, batallones enteros de mujeres soldado.

La presencia de mujeres entre las milicias kurdas no es un fenómeno reciente, aunque ha alcanzado una mayor repercusión ahora que aumentan las voluntarias, muchas jovencísimas (de 18 a 24 años), para luchar con un enemigo tan implacable como el Estado Islámico.

En Siria, estas jóvenes voluntarias se unen a las YPJ (Unidades Femeninas de Defensa), fuerzas kurdas exclusivamente compuestas por mujeres, paralelas a las YPG, formadas por hombres. Las mujeres componen cerca de un tercio de las milicias kurdas en Siria, y según informa la cadena estadounidense NBC, más de 7.000 se han unido a estas fuerzas de defensa YPG, estrechamente relacionadas con las milicias del PKK (Turquía), y como parte del más amplio movimiento por la independencia o autonomía de la nación kurda.

Estas jóvenes deben recibir un riguroso entrenamiento militar, tan duro como el que reciben los hombres, antes de enfrentarse a una batalla real. Pero cuando se «gradúan» de la academia, las milicianas kurdas serán tan capaces de luchar como sus compañeros «peshmerga». «Las mujeres pueden usar pistolas, Kalashnikovs e incluso tanques tan bien como un hombre», afirma Engizek, de 28 años, a AFP.

Alistarse al YPJ, al PKK o a las milicias kurdas iraquíes es una decisión que toman algunas mujeres de esta etnia. Saria (18), por ejemplo, creció en el norte de Siria, y tiene una hermana luchando contra el Estado Islámico. Sus dos hermanos también. Sus padres son miembros del PKK. «Cuando era niña, no creí que sería una miliciana. Pero me di cuenta de lo mucho que mi nación (kurda) me necesita... y elegí este camino», cuenta a AFP. «Es importante para nosotras encontrar nuestro lugar en la guerra al lado de los hombres». Y lo ha hecho. Ella se siente cómoda manejando tanto ametralladoras como rifles de francotirador, mientras que su compañera Tekoshin prefiere el rifle de asalto Kalashnikov.

En Irak, con la amenaza del Estado Islámico en la puerta de la capital kurda, Erbil, cientos de hijas y madres se han unido al Segundo Batallón, formado también únicamente por mujeres, y comandado por Nahida Ahmad Rashid. Estas milicias luchan junto al ala armada del PKK turco, que combaten ahora en territorio iraquí contra la amenaza que representa para la nación kurda el avance de los matarifes del Estado Islámico.

Como kurda, como mujer
Milicianos del Estado Islámico han capturado a mujeres yasidíes que luego venden y usan como esclavas sexuales. Los testimonios de las chicas son devastadores, y tocan de una manera especial a las milicianas «peshmerga». Además de luchar como kurdas por defender la libertad y autonomía de su nación, se enfrentan al Estado Islámico como mujeres.

En testimonios recogidos por AFP, una miliciana kurda llamada Tekoshin, de 27 años y luchando en Irak, afirma que ella y otras mujeres están luchando contra el EI no sólo por la amenaza que supone para los kurdos, sino porque sus yihadistas «están en contra de la liberación de la mujer». «Ellos no permiten que las mujeres en las zonas bajo su control vayan ir al mercado y les obligan a llevar velo», insiste. «Nuestra lucha contra el EI es también de la defensa de las mujeres ante ellos y ese tipo de pensamiento».

Cortarles el camino al paraíso
Las guerreras kurdas tienen algo a su favor. Según afirman los «peshmerga», los yihadistas temen ser asesinados por una mujer, pues esto significaría que no pueden acceder al paraíso y las vírgenes prometidas por Alá. Las milicianas se sienten orgullosas de ese poder. En una entrevista a la BBC News, una joven «peshmerga» afirma que el Estado Islámico está asustado de ver a mujeres con pistolas.

Las guerreras kurdas no son las únicas que, con rifle o con artillería pesada, quieren luchar contra el Estado Islámico para defender su tierra, su religión o incluso sus vidas y las de los suyos. Tras la tragedia en los montes Sinjar, varias yasidíes han tomado también las armas para «limpiar las montañas» de los guerreros del Estado Islámico.




Lissette Garcia



RosasSinEspinas