El amigable Woody de «Toy Story» orinando en una esquina. El Monstruo de las Galletas empujando a un niño y gritándole improperios a su madre porque estaba tardando mucho en darle propina. Super Mario toqueteando a una turista en sus partes nobles. El teleñeco Elmo gritando insultos antisemitas y quejándose a viva voz de que las propinas que los turistas le dan son escasas.
Estas son algunas de las esperpénticas escenas que los paseantes y sus hijos presencian a diario en la turística plaza neoyorkina de Times Square. Como ya sucediera en la madrileña Puerta del Sol en 2011 cuando Minnie Mouse y Dora la Exploradora se enzarzaron en una pelea por controlar la mejor zona de la turística plaza, los muñecos en Times Square compiten unos con otros por posar con los turistas y obtener las propinas más generosas.
Como la frecuencia de estos sucesos está aumentando, las autoridades de la ciudad han comenzado a barajar la posibilidad de regular la actividad de estos entretenedores callejeros. Uno de los defensores de aumentar el control es Peter Vallone. Este concejal del ayuntamiento de Nueva York, quien preside el comité del ayuntamiento dedicado a preservar la seguridad ciudadana, ha propuesto dos leyes. La primera exigiría registrarse con la ciudad a aquellos que quieran enfundarse en un disfraz y cobrar propinas por posar en las fotos de los turistas. Esta medida también impondría como requisito que cada individuo tuviera un permiso de la empresa que posee los derechos de los personajes, algo que implicaría la colaboración de multinacionales como Disney, Nintendo o Nickelodeon en el proceso.
La segunda propuesta es mucho más radical, ya que aboga por cortar por lo sano el problema y prohibir estos muñecos en la plaza. En una entrevista con un periódico local, Vallone defendió sus medidas alegando que Nueva York no se puede permitir que la imagen de Times Square quede arruinada por incidentes como estos y que ya hay otros lugares como Las Vegas que han puesto límites a lo que estos muñecos pueden hacer. «Tenemos que asegurarnos de que la ciudad tiene recursos para lidiar con este problema antes de que se nos vaya de las manos», añadió Vallone.
A favor de tomar medidas también se ha posicionado Tim Tompkins, quien preside Times Square Alliance, la organización gestora de la plaza. Tomkins reconoció a la web Gothamist que algunas de estas personas son «buena gente que está tratando de ganarse la vida», pero apostilló que cuando son tantos y sumamos a la ecuación el anonimato y la falta de regulación, «la cosa empieza a ponerse fea».
Sin embargo, no todas las autoridades neoyorkinas creen que esta vaya a ser una tarea sencilla. Preguntado sobre los sucesos, el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, recordó que en el pasado el ayuntamiento ha intentado infructíferamente regular la presencia de muñecos en Times Square. «No va contra la ley, así que lo siento. Pero quizá debería ser ilegal», fue como Bloomberg resumió la situación.
También se oponen a las medidas restrictivas la mayoría de los entretenedores que tienen como principal fuente de negocio la concurrida plaza. Aquellos que han hablado con la prensa neoyorkina comparten la opinión unánime de que no se puede estigmatizar a todos los muñecos por la actitud negligente de unos pocos. Eric Magangi, quien también se transforma en el Monstruo de las Galletas para sacarse un dinero extra mientras estudia Enfermería, explicó al «Wall Street Journal» que estos sucesos, que alguien agreda a un niño por una propina de un par de dólares, «dan muy mala imagen a todos».
No fue este Spiderman
Según un reciente censo de los muñecos de Times Square realizado por Times Square Alliance, el pasado sábado 6 de abril a las 7 de la tarde había en Times Square 8 elmos, 6 estatuas de la libertad, 5 Super Marios, 5 personas vestidas de Dora la Exploradora, 5 aliens, cuatro Mickey Mouse, tres monstruos, tres monstruos de las galletas, un Iron Man, dos Batman, un Michael Jackson, un Winnie the Pooh, un Bob Esponja y 5 hombres disfrazados de Spiderman.
Precisamente fueron dos de estos Spidermen quienes protagonizaron el pasado febrero una rocambolesca historia que acabó con uno de ellos detenido y acusado de agresión. Sucedió una tarde de domingo. Dos niños acababan de posar con un Spiderman, pero la madre de los pequeños, una mujer de 44 años, decidió que no le iba a dar propina al superhéroe. Para vengarse, Spiderman le propinó un puñetazo, ante lo que la mujer reaccionó alejándose en busca de su marido. Una vez que la pareja se reunió, fueron en busca del agresor. En su búsqueda se cruzaron primero con un Spiderman diferente. Sin darse cuenta del error, la mujer se enfrentó a él, pidiéndole cuentas por el reciente ataque. Tras aclarar la confusión, la pareja se dirigió al otro Spiderman, quien fue poco más tarde detenido por la policía.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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