Entre 1990 y 2010, España fue el segundo inversor extranjero en Latinoamérica, solo superado por EE UU. En 2010 quedó relegada al cuarto lugar, detrás de la superpotencia, Holanda y China, que invirtió ese año en la región tanto como en toda la historia. China aportó en 2010 el 9% de la inversión extranjera directa en Latinoamérica, unos 10.000 millones de dólares, frente al 4% de España. En 2011, el gigante asiático, cuya economía crece a ritmo acelerado, en contraposición a la ibérica, desembolsará 22.700 millones, según los cálculos que se proyectaron ayer en la quinta cumbre empresarial Latinoamérica-China, que se celebró durante dos días en Lima.
En 2011 se espera que lleguen a Latinoamérica inversiones directas por 120.000 millones de dólares, según el Instituto de Finanzas Internacionales. Es decir que si todas las previsiones son correctas, China supondrá el 19% de ese flujo, una cifra con la que hasta rivalizará con EE UU.
El vicepresidente del Consejo Chino para el Fomento del Comercio Internacional, Zhang Wei, dijo que su país invertirá en Latinoamérica en minería, energía, petroquímica, telecomunicaciones e infraestructura. Precisamente, a las empresas chinas, muchas de ellas estatales con cotización en bolsa, les interesa participar de las obras del Mundial de Fútbol de Brasil 2014 y de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
"El tamaño de la inversión de China en Latinoamérica se amplió pese al contexto de crisis en las economías desarrolladas", destacó Zhang. "Latinoamérica es el tercer destino mundial de las inversiones chinas", añadió el funcionario. En tanto, el vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular de China, Hua Jinmin, opinó que una mayor cooperación entre su país y la región "ayudaría a ambos a depender menos de Estados Unidos y la Unión Europea en un contexto de crisis de esas economías".
El anfitrión de la cumbre, el presidente de Perú, Ollanta Humala, destacó el vínculo con el gigante asiático e incluso instó a masificar la enseñanza del chino en Latinoamérica, pero no dejó de proclamar advertencias sobre esta relación en momentos en que mineros de su país protestan por los bajos salarios y las deficientes condiciones laborales que les paga la minera china Shougang. "Es importante que se cumplan las leyes laborales de un país", dijo Humala, y también pidió "paz laboral".
"El futuro no es solamente quedarnos en exportar minerales. El futuro es dar un paso más y ese paso es el proceso de industrialización", señaló el presidente de Perú, en referencia a las críticas latinoamericanas a la relación con China, que compra materias primas y vende manufacturas en la región. En cambio, el gigante asiático se distingue por exigir a los extranjeros que quieren hacer negocios allí inversiones para agregar valor en su territorio, de modo que no solo se limiten a venderle. Es así que Latinoamérica tiene 26.894 proyectos de inversión establecidos en China, según se comentó en la cumbre.
España, mientras tanto, ha perdido posiciones en la clasificación de inversores extranjeros en Latinoamérica, pero no por eso esta región ha perdido peso en sus negocios. Al contrario. Muchas de sus empresas apuestan cada vez más a compensar sus resultados en la península ibérica con los que provienen del otro lado del Atlántico. Latinoamérica es ya la mitad del beneficio de Telefónica. Argentina aporta el 58% de las ganancias de Repsol YPF. Pese al crecimiento de la inversión china, aún pasarán algunos años hasta que el stock de ese país asiático en Latinoamérica supere al de España.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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