No solo personal del Servicio Secreto –diseñado para proteger como una guardia pretoriana al presidente de Estados Unidos- está involucrado en la contratación de prostitutas en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias en los días anteriores a que Barack Obama llegase para participar en la Cumbre de las Américas el pasado fin de semana. Según fuentes del departamento de Defensa, más de cinco militares estarían también implicados en un caso que ha manchado seriamente el nombre de la organización. De momento, 11 agentes del Servicio Secreto han sido suspendidos de sus cargos mientras se realiza una investigación.
“Hemos fallado al jefe”, declaró el general Martin Dempsey, líder de la cúpula militar del Pentágono. “Nadie está hablando de cómo fue la cumbre en Colombia, sólo se habla de este incidente”. El incidente ha provocado que Dempsey se defina “avergonzado” con lo ocurrido, sentimiento al que se sumó Leon Panetta, secretario de Defensa. Por su parte, el jefe aseguró que se iba a “enfadar mucho” si las informaciones de las que se hablaba eran ciertas.
Según informa hoy la cadena de noticias ABC, varios miembros del Servicio Secreto alardearon de trabajar para el presidente Obama mientras se divertían la semana pasada en un prostíbulo de Cartagena llamado Pleyclub. “Estamos aquí para protegerle”, se jactaron varios agentes, siempre según ABC, mientras pagaban caras botellas de whiskey y solicitaban mujeres de compañía. El diario The Washington Post asegura en su edición de hoy que al menos dos de esas prostitutas pasaron la noche en el Hotel Caribe, donde se hospedaba el equipo de avanzadilla que viajó hasta Colombia para preparar la llegada del presidente, grupo que en esta ocasión alcanzó casi las 200 personas.
El rotativo señala que a la mañana siguiente una de las mujeres solicitó un pago extra de 170 dólares sobre los pactados 60 que había acordado con los agentes la noche anterior, lo que provocó una disputa que finalmente hizo que el escándalo acabara en la opinión pública y no sepultado en el silencio. De ser cierta la frase “Ruedas en el aire; anillos fuera” (“Wheels up, rings off”), que se atribuye como lema a los miembros del servicio de seguridad del presidente cuando éste viaja al extranjero, lo sucedido en Colombia no sería nuevo.
La prostitución es legal en la turística Cartagena de Indias y con toda normalidad los taxistas, por ejemplo, ofrecen folletos de locales de alterne o prostíbulos. De hecho, el Hotel Caribe, según relata The Washiongton Post, permite a los clientes subir a las habitaciones visitas que pernocten, siempre y cuando lleguen al recinto pasadas las 11 de la noche, no pasen tiempo en zonas comunes, sean mayores de edad y abandonen el recinto antes de las seis de la mañana.
Los agentes del Servicio Secreto implicados en el uso de los servicios de prostitución fueron devueltos a casa de inmediato la semana pasada, pero los militares acabaron su misión a pesar de que fueron confinados en sus habitaciones. El portavoz del Pentágono, George Little, ha querido dejar muy claro que ninguno de los involucrados formaba parte directamente del equipo que garantiza la seguridad del presidente, si no que estaban “en misión de apoyo al Servicio Secreto”.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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