«¡¿Cómo estáis, Amsterdam?! ¡Quiero oiros gritar!» Y así, con el alarido de unas 15.000 personas en el Ziggo Dome de la capital holandesa, comenzó anoche la gala de los Europe Music Awards de la MTV (que el año que viene se celebrará en Glasgow), la mayor explosión de pirotecnia pop del año. Tras el estallido inicial las cámaras conectaron la gala con 1.000 millones de televidentes en todo el mundo, sonó «Uprising» de Muse (¿a cuánto se pagará semejante promoción?) y comenzó la velada más importante del pop mainstream. Aquella en la que se comprobaría si Miley Cyrus–que hace poco se tatuó la cara de su abuela en el brazo– se consolidaría como aspirante al trono junto a Lady Gaga, o en la que veríamos si la industria «perdonaría» a Eminem sus deslices homofóbicos. [Galería de fotos de los EMA MTV]
Y entonces llegó Miley y su exhibición corporal –el DJ Redfoo también lució cuerpo–. Imitando una escena de «Encuentros en la tercera fase», descendiendo de una nave espacial desde el techo del recinto, la ex Montana interpretó «We can't stop» de una manera sorprendendentemente poco efectista, casi incluso sosa, vestida (que ya es novedad) de látex color metálico y acompañada por una bailarina enana embutida en cuero negro.
Katy Perry sí dio una gran golpe de efecto con su puesta en escena, elevándose unos cuatro metros sobre el suelo mediante cuerdas invisibles dando un enorme extra al aspecto visual de «Unconditionally».
Uno de los premios más importantes de esta cita es el de «Mejor Hip Hop», la música que arrasa en casi todas las listas internacionales. Y fue a parar a Eminem, que también se llevó el galardón de «Icono Global».
30 Seconds to Mars recibieron el premio a «Mejor Grupo Alternativo», Katy Perry el de «Mejor Cantante Femenina» y Justin Bieber «Mejor Artista Masculino» (el chaval canadiense no acudió y agradeció a través de vídeo), antes de que Cyrus volviese a ofrecer otra actuación, más emotiva aunque igualmente estática, esta vez con «Wrecking Ball». Y cuando parecía que la noticia era que Miley Cyrus parecía creer que ya ha dado la nota lo suficiente, se produjo el bombazo de esta edición. Cuando vio a Eminem liarla bien gorda al recoger uno de sus premios diciendo a las cámaras «Amo la metanfetamina» (quizá un pequeño homenaje al actor de «Breaking Bad» que andaba por allí), decidió ir un paso más y dio la imagen de la noche, al encenderse un porro recogiendo el suyo (al Mejor Vídeo, por «Wrecking Ball»). Y definitivamente superó al rapero. Que Miley sólo hay una.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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