El presidente sirio, Bashar al Assad, ha promulgado un decreto por el que «se prohíbe el uso de cualquier otra moneda que no sea la libra siria como medio de pago para cualquier transacción comercial u operación con efectivo». El decreto, publicado por los medios de comunicación estatales, establece que los que incumplan la ley podrán ser condenados hasta a tres años de cárcel y a una multa equivalente al doble de la cantidad pagada. Si la suma supera los 5.000 dólares, el castigo podría aumentar hasta los diez años de prisión con trabajos forzados.
Según varias fuentes consultadas por la agencia Reuters, el objetivo de esta prohibición es poner freno a la dolarización de la economía siria, paralizada por una guerra que ya dura dos años. Las fuertes caídas y fluctuaciones de la libra siria han hecho que aumente el uso del dólar americano, tanto por parte de importadores como de vendedores de comida, fabricantes o taxistas. Además, la debilidad e inestabilidad de la moneda nacional ha elevado la inflación y a muchos comerciantes les resulta muy difícil fijar sus precios en libras sirias.
Antes de que comenzaran las protestas contra Al Assad, en marzo de 2011, un dólar equivalía a 47 libras. Tras dos años de guerra y el hundimiento de la economía, el cambio se sitúa ahora en torno a 1.200, e incluso llegó a 1.300 el mes pasado, según los operadores de cambio.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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