Unas 70 marcas que cosen ropa en Bangladesh harán inspecciones coordinadas en sus talleres durante los próximos meses para detectar riesgos inminentes para la seguridad y las vidas de sus trabajadores. Las inspecciones son parte de un plan de seguridad a largo plazo acordado por las empresas -la mayoría europeas- y los sindicatos al calor de la tragedia del Rana Plaza, el colapso de un edificio que el pasado abril mató a 1.129 personas en las afueras de la capital, Dacca. Es uno de los mayores desastres industriales de la historia. Entre los firmantes destacan los dos grandes del sector, la española Inditex y la sueca H&M, junto a otras como Abercrombie &Fitch, Carrefour, El Corte Inglés o Benetton.
Los detalles del denominado plan contra incendios y por la seguridad en Bangladesh acaban de ser presentados. Como primera medida, todas las fábricas donde estas firmas cosen serán inspeccionadas durante los próximos nueve meses para comprobar si disponen de infraestructura de emergencias como vías de evacuación en caso de incendio o si tienen fallos graves de estructura que pudieran derivar en el colapso parcial o total del edificio. Si se detecta “un peligro inminente para la vida o las extremidades de los trabajadores” –muchas de las costureras del Rana plaza sufrieron mutilaciones- “el taller será clausurado, se informará a todas las compañías que se surten de ella (no es raro que en una misma fábrica, incluso en un mismo taller, se fabrique para dos marcas) y se exigirá al propietario que cese las operaciones a la espera de la investigación y las obras” necesarias. También está previsto “informar a los trabajadores, vía los sindicatos locales, de cuál es el riesgo y de que tienen derecho a negarse a entrar a un edificio potencialmente peligroso”.
Este último punto es una referencia clara al Rana Plaza, donde la víspera del colapso aparecrieron unas grietas que alarmaron a los empleados. La alarma fue tal que los medios locales acudieron a cubrir la noticia. Pero el propietario del edificio, levantado en aguas pantanosas y los permisos necesarios por un cacique local del partido gobernante, la Liga Awami, y los propietarios de los talleres les presionaron para que regresaran a sus máquinas de coser. Algunos trabajadores recordaron después que, como era la última semana del mes, el riesgo de quedarse sin pagar por negarse a trabajar era inasumible. El acuerdo también señala que los empleados recibirán sus salarios mientras el taller permanezca cerrado por riesgo inminente.
“Esta es la única manera de realizar un cambio sostenible y a largo plazo en la industria textil de Bangladesh”, ha asegurado Andy Yok, gerente de comercio ético del grupo N Brown, en un comunicado. Bangladesh, con el salario mínimo más bajo del mundo (29 euros al mes), se ha convertido en la gran máquina de coser del mundo tras China. Un sector clave en la economía local, las condiciones en los talleres son a menudo tan lamentables que ser costurera en Bangladesh es un un oficio peligroso.
Los gigantes estadounidenses del sector no se han sumado a este acuerdo, promovido por los sindicatos mundiales IndustriALL y UNI y diversas ONG como parte de la campaña Ropa Limpia, porque supone asumir responsabilidad legal por la seguridad de las fábricas bangladesíes.
El comité de dirección encargado de implementar lo acordado está integrado por tres representantes de las marcas (uno será un miembro del departamento de Responsabilidad Social Corporativa de Inditex, según ha confirmado un portavoz de la empresa), y tres sindicalistas. El coste de las medias será asumido por las empresas de manera proporcional hasta un máximo de 500.000 dólares anuales (390.000 euros).
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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