Cuando Xi Jinping llegó a la cúpula del poder del Partido Comunista Chino (PCCh) en noviembre pasado, prometió mano dura contra la corrupción. El peso de la ley ha comenzado a caer. Liu Zhijun, exministro de Ferrocarriles, ha sido condenado a muerte con dos años de suspensión de sentencia por soborno, según ha informado este lunes la agencia oficial Xinhua. Este tipo de penas son conmutadas normalmente a cadena perpetua si el preso muestra buen comportamiento.
El tribunal de Pekín que ha dictado el castigo afirma que los crímenes de Liu tienen que ver con “una cantidad de dinero especialmente enorme”, “han causado pérdidas de activos públicos colosales” y “han violado derechos e intereses del Estado y de la gente”. Liu –considerado el padre del sistema de alta velocidad en China- ha sido encontrado culpable de utilizar su posición para ayudar a 11 conocidos a lograr contratos y promociones, y de aceptar 64,6 millones de yuanes (8.2 millones de euros) en sobornos entre 1986 y 2011. El tribunal también le ha sentenciado a 10 años de cárcel por abuso de poder y ha confiscado todos sus bienes.
La ley china contempla la aplicación de la pena capital por aceptar sobornos que excedan 100.000 yuanes (12.680 euros). Xinhua afirma que en el caso de Liu la pena capital ha sido suspendida por dos años porque admitió su culpa y mostró arrepentimiento. Según el informe del tribunal, cooperó en la investigación, dijo la verdad sobre los crímenes cometidos, ofreció información sobre otros casos que las autoridades desconocían y ayudó a recuperar gran parte de los fondos malversados.
Liu, de 60 años, fue aclamado en su momento como “el padre” de la red ferroviaria de alta velocidad en China. Pero en 2011, cuando llevaba ocho años como ministro, fue destituido por violaciones de las disciplina del partido, que no fueron detalladas. El escándalo en el que se vio envuelto ha sido cifrado en unos 800 millones de yuanes (101 millones de euros).
El desarrollo de la alta velocidad ha sido uno de los proyectos estrella del Gobierno en los últimos años. China tiene ahora la red más extensa del mundo. Pero los proyectos se han visto sacudidos por el endeudamiento, la corrupción, el despilfarro y algunos accidentes. El más grave ocurrió en 2011 en la ciudad de Wenzhou (provincia de Zhejiang); murieron 40 personas, lo que provocó las protestas de la gente, que acusó a las autoridades de haber comprometido la seguridad debido a sus prisas por expandir la red. El Ministerio de Ferrocarriles fue desmontado en marzo pasado para intentar disminuir la burocracia y aumentar la eficacia. Las tareas administrativas pasaron al Ministerio de Transportes y la parte comercial, a la nueva Corporación de Ferrocarriles de China.
Aunque Liu Zhijun fue detenido antes de la llegada al poder de la quinta generación de líderes chinos encabezada por Xi Jinping, su condena se produce en medio de las promesas efectuadas por el presidente chino de luchar contra la corrupción; una lacra que, según ha dicho, amenaza la supervivencia del PCCh. Xi prometió en enero paso que no habrá clemencia para quienes violen la ley.
Algunos internautas y expertos han criticado, sin embargo, lo que consideran trato discriminatorio. Afirman que cuando la gente normal comete crímenes económicos menores que los de Liu reciben duras sentencias, mientras el exministro ha evitado la pena máxima.
Liu es el funcionario de de más alto nivel juzgado y encontrado culpable de corrupción desde que Xi asumió la jefatura de Estado en marzo. Su caso vuelve a recordar la situación de Bo Xilai, exsecretario del PCCh de la municipalidad de Chongqing, que se encuentra detenido desde el año pasado. Bo no ha sido acusado aún formalmente, pero se prevé que sea juzgado –aunque aún no hay fecha- por recibir sobornos e intentar ocultar el asesinato por parte de su esposa de un ciudadano británico.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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