El próximo alcalde de París será una mujer. El Partido Socialista (PS) y la Unión por un Movimiento Popular (UMP) han elegido a dos mujeres, Anne Hidalgo y Nathalie Kosciusko-Morizet, como candidatas a la sucesión de Betrand Delanoë (socialista), el primer político francés que anunció públicamente su homosexualidad.
Anne Hidalgo y Nathalie Kosciusko-Morizet encarnan, a su manera, ambas, una cierta renovación del socialismo y el centro derecha francés.
Hidalgo nació en 1959 en San Fernando, en la provincia de Cádiz. Sus padres emigraron a Francia por razones económicas, siendo ella muy niña. Y ella es un arquetipo de la inmigración feliz: una hija de inmigrantes españoles que hace carrera política en París, con cierta brillantez.
Kosciusko-Morizet nació en París en 1973, en el seno de una familia acomodada, aunque uno de sus bisabuelos, André Morizet, fue uno de los fundadores del Partido Comunista Francés (PCF). Entre sus familiares hay varios embajadores, ministros y altos funcionarios. Ella misma fue ministra y portavoz oficial de Nicolas Sarkozy.
«Ir más allá»
Hidalgo lleva años militando en casi todas las familias del socialismo francés. Es la favorita de los sondeos, a un año corto de la elección. Su gran valedor ha sido Bertrand Delanoë, que la nombró primera teniente de alcalde en 2001. Una larga década de experiencia de los asuntos municipales la convierte en la candidata que mejor conoce desde dentro los problemas de la ciudad. Aspira a «ir más alla».
Kosciusko-Morizet encarna una tendencia modernista y renovadora del centro derecha francés. Fue ministra de la Ecología y es percibida como una mujer joven y ambiciosa. Ingeniera politécnica -una de las formaciones más elitistas de las élites francesas-, es una de las raras personalidades políticas francesas con una formación científica de muy alto nivel. Aspira a «sacar a París del inmovilismo arcaico donde lo ha hundido una larga década de gestión socialista».
El socialismo y el conservadurismo de las dos grandes rivales tiene mucho de «geometría variable». Hidalgo tiene muchos amigos entre los políticos conservadores de la región parisina. Kosciusko-Morizet pasa bien entre los ecologistas y está apoyada por Nicolas Sarkozy. Ambas han comenzado una campaña de corte «ecuménico», preparando el terreno a las grandes batallas campales, por venir.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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