Los países de la Unión Europea (UE) impondrán el próximo lunes nuevas sanciones al régimen sirio de Bachar al Asad por su represión de las protestas en el país, según han informado fuentes diplomáticas. Los Veintisiete han acordado bloquear los fondos de ocho nuevas entidades vinculadas al Gobierno y de 22 personas, a quienes también se les prohibirá la entrada en territorio comunitario, indicaron esas fuentes.
Las sanciones serán aprobadas oficialmente el lunes por los ministros de Exteriores del bloque, que se reúnen en Bruselas. Esta nueva ronda de sanciones continúa la línea marcada por la UE, que se ha comprometido a seguir endureciendo la presión sobre el régimen sirio mientras continúe la represión, una represión que ha provocado la muerte de casi 6.000 personas, según los alzados contra el régimen de Damasco.
El pasado mes de diciembre, los Veintisiete incluyeron a otras 12 personas y 11 entidades a su lista negra, en la que ya figuraban 74 individuos y 19 compañías. Entonces, Bruselas introdujo también sanciones económicas sobre los sectores energético, financiero, bancario y comercial en coordinación con Estados Unidos. También Turquía, socio económico fundamental del régimen, ha impuesto sus propias sanciones. Solo otro vecino de Siria, Irak, se niega a sumarse a la presión económica y financiera que, según denuncia el régimen, solo pretende asfixiar la economía siria y dañar a su población.
Pese a la presión internacional, la violencia persiste en Siria desde que comenzaron a mediados de marzo del año pasado las protestas contra el régimen de Al Asad, que acusa a "grupos armados terroristas" de estar detrás de la revuelta. La rebelión se centra principalmente en las ciudades de Homs, la tercera del país árabe, en Idlib, Hama y Deraa, donde comenzó la revuelta. Pero en Damasco las protestas son más reducidas y en Alepo, segunda ciudad de Siria y pulmón económico del país, apenas se han producido manifestaciones. Buena parte de las comunidades alauí -principal sustento de las fuerzas armadas- y cristiana, que juntas suman el 20% de los 23 millones de sirios, no se han sumado al alzamiento.
Turquía también ha impuesto castigos financieros y comerciales contra el Gobierno de El Asad
Nadie atisba cómo puede ponerse fin al derramamiento de sangre. La misión de la Liga Árabe parece condenada al fracaso. Su objetivo es que los militares vuelvan a los cuarteles, la liberación de todos los miles de detenidos desde el comienzo de la revuelta y el inicio de un diálogo político con la oposición. Pero las trabas del régimen ha llevado a Catar, un país extremadamente activo en todo lo que concierne a las revueltas árabes, ha solicitado el envío de tropas de países árabes a Siria, cuyo Gobierno ha rechazado tajantemente la iniciativa.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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