Un civil iraquí falleció en 2003 en Basora (sur de Irak) a causa de la "violencia gratuita" de soldados británicos que lo tenían bajo custodia y que cometieron una "falta grave de disciplina", según una investigación oficial publicada hoy en Londres. El informe independiente ha revelado que Baha Mousa, recepcionista de 26 años, fue detenido junto a otros nueve civiles iraquíes por los soldados británicos en una redada en un hotel de Basora tras hallar en el lugar rifles y pistolas.
Mousa, padre de dos hijos y quien no tenía nada que ver con las armas encontradas, sufrió 93 heridas mientras permaneció retenido por el Ejército británico durante un periodo de 36 horas entre el 14 y el 15 de septiembre de 2003. Durante este tiempo, el joven permaneció encapuchado y maniatado en un centro de detención militar. Según la investigación, su muerte se debió a una combinación de su propia debilidad física con las agresiones que sufrió a manos de los soldados.
El presidente de esta investigación, William Gage, considera que hubo un "fracaso corporativo" en el Ministerio de Defensa por los métodos de interrogación utilizados en Irak, si bien no llegó a concluir que hubiese en el Ejército un uso sistemático de la violencia. En la Cámara de los Comunes, el ministro de Defensa, Liam Fox, ha calificado el caso de Mousa de "deplorable, escandaloso y vergonzoso", pero ha dicho que no hay que permitir que las "terribles acciones de unos pocos dañen la reputación de todos".
La detención y muerte del civil se produjo seis meses después del comienzo de la invasión de Irak liderada por EE UU y Reino Unido para derrocar al régimen de Sadam Husein. El Gobierno de Tony Blair apoyó la guerra que George Bush desencadenó contra Irak con el pretexto de encontrar armas de destrucción masivas.
La investigación ha tratado de esclarecer cómo murió Mousa y determinar quién sancionó los métodos empleados por los soldados británicos con los presos iraquíes, a los que supuestamente mantenían encerrados encapuchados y esposados, les privaban de sueño y les pegaban cuando incumplían sus órdenes de mantener ciertas posturas durante horas. Según Gage, un "importante número" de soldados agredieron a Mousa y otros detenidos, mientras muchos otros militares, incluso algunos oficiales, debían saber lo que estaba ocurriendo. Además, ha criticado a los soldados por la "falta de coraje moral para denunciar los abusos".
"Violencia injustificada y brutal" contra el detenido
De acuerdo con esta pesquisa, que empezó en 2009, la muerte del iraquí ocurrió porque éste se encontraba muy débil y porque forcejeó hasta el final con los soldados que le custodiaban. Además, el capitán Donald Payne -quien en 2007 ya fue condenado por este caso a un año de cárcel y expulsado del Ejército- agredió de manera violenta a Mousa minutos antes de que perdiera la vida puesto que le dio puñetazos y le propinó patadas, ha indicado Gage.
Si bien esta fue la "causa que contribuyó" a su muerte, Mousa ya se encontraba en un estado de debilidad física por falta de comida y agua, miedo, calor y por la situación de estrés provocada por los militares británicos, según la investigación. Cage calificó a Payne de "matón violento" que perpetró una "violencia injustificada y brutal" contra un detenido, además de animar a otros militares de menor rango a que hicieran lo mismo. "Un incidente así no debió haber pasado y no debería pasar nunca más", ha dicho Gage al divulgar el resultado de la investigación, que ha costado 13 millones de libras (unos 14 millones de euros) y ha sido plasmado en 1.400 folios.
Siete soldados británicos fueron sometidos a un juicio marcial tras la muerte de Mousa, pero todos fueron absueltos del delito de maltrato a civiles iraquíes menos Payne. Sin embargo, el abogado de la familia de Mousa, Sapna Malik, ha dicho hoy que los soldados británicos responsables de la muerte del iraquí deberían ser procesados tras la conclusión a la que llegó Gage. En 2008, el Ministerio de Defensa británico aceptó pagar una indemnización de 2,8 millones de libras (3,1 millones de euros) a la familia de Mousa y de los otros iraquíes detenidos en la redada.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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