Los ministros de Economía de la zona euro han abordado durante la última jornada de la cumbre informal del Ecofin, celebrada este fin de semana en Wroclaw (Polonia), la situación del sistema financiero, origen de la crisis de deuda soberana que azota al euro, y en especial de los bancos europeos con mayor exposición a la deuda de los países con problemas, es decir, Italia, España, por un lado, y Grecia, Portugal e Irlanda, que ya han visto cómo sus economías han sido intervenidas por la UE.
En este contexto, los líderes europeos han respaldado la posición adoptada por la Comisión Europea tras la realización de los test de esfuerzo a la banca el pasado mes de julio: abrir un plazo de entre seis y nueve meses para que el sector financiero plantee fusiones, reestructuraciones y otros mecanismos bancarios con el objetivo de sanear sus cuentas. Es decir, que el sector bancario busque en primer lugar solucionar sus problemas en casa, sin recurrir al dinero del contribuyente. Pasado ese plazo, si algún banco continúa en apuros cada país pondrá en marcha sus propios instrumentos - en el caso de España sería el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria)- para lograr su recapitalización.
Las entidades financieras francesas son las que tienen en su poder más deuda de países con problemas. El BNP Paribas, por ejemplo, tiene una exposición de 35.000 millones de euros. El segundo es Dexia, con 21.800 millones, seguido de Crèdit Agricole, 14.700 millones, y Société Générale, con 9.200 millones.
Objetivo: recapitalizar los bancos
Al término de la reunión, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha subrayado el consenso alcanzado sobre la necesidad de que "poco a poco las instituciones financieras vayan aumentando su capital, para cumplir con los requisitos de lo que finalmente va a ser Basilea III, pero también para hacer frente a las eventualidades de este momento". No obstante, la vicepresidenta ha dicho que no hay ninguna estimación sobre el capital adicional que necesitan los bancos europeos para afrontar la crisis y ha restado credibilidad de nuevo a la cifra de 200.000 millones de euros que manejó el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un informe.
De lo que se trata con la recapitalización, ha proseguido la ministra, es de "romper ese bucle que hay en este momento entre deuda soberana y la estabilidad de las instituciones financieras". "Eso se ha puesto de manifiesto en estos últimos meses, en estas últimas semanas, en el mes de agosto, en el mes de julio, en parte del mes de septiembre", ha apuntado.
En todo caso, la vicepresidenta económica ha asegurado que se trata de una recomendación con "carácter general" que no afecta a la banca española, que a su juicio no necesita más capital. "Nosotros hemos situado a nuestras entidades con un capital muy fuerte, muy solvente y por lo tanto en el caso español no es así", ha dicho.
El Ecofin ha debatido también cómo mejorar las pruebas de estrés a la banca para que "contribuyan a generar confianza y esa confianza no se diluya rápidamente en el tiempo, como en algún caso parece haber ocurrido". Según la vicepresidenta, se impone la idea de examinar a más entidades, como ha hecho España, y "hacer un estrés test más riguroso para aquellas entidades más sistémicas".
Antes del inicio de las reuniones, Salgado ha admitido que los tiempos de toma de decisiones de la eurozona para atajar la crisis son "un poco lentos", pero ha minimizado el riesgo de nuevos ataques de los mercados contra España si cumple con los compromisos de déficit y las reformas. "Los diferenciales que pagamos por nuestra deuda desde luego no están justificados", ha dicho Salgado al ser preguntada por un posible nuevo contagio a España e Italia como el vivido en agosto.
"Parte de esos diferenciales se deben a que siguen bajando de manera casi persistente los intereses que paga Alemania por su deuda. Pero, en todo caso, lo que España tiene que hacer es diferenciarse del resto cumpliendo sus compromisos y el calendario de reformas y en eso estamos", ha señalado a la entrada de la segunda jornada de la reunión de ministros de Economía de la UE.
División entre Europa y EE UU
Ayer, los líderes de la zona euro desdeñaron las propuestas del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Tim Geithner, encaminadas a estimular la decadente economía europea. En un viaje especial sin precedentes el responsable económico de Estados Unidos se reunió ayer con los líderes de la zona euro con el propósito de animarles a adoptar medidas para reactivar su economía. Para el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, "los Gobiernos no ven margen de maniobra en la zona euro que pudiera permitir nuevos estímulos". Europa sigue por su camino de priorizar "la consolidación fiscal y las reformas estructurales", a pesar de los últimos datos de caída de la actividad económica, estrategia en la que coincidieron Juncker y el comisario de Economía Olli Rehn.
A Europa no le gusta oír otra música que no sea la de la austeridad, ni consejos ajenos, aunque los resultados de su política sean cuestionados por Estados Unidos, China y otros emergentes. En el encuentro con los ministros del euro, Geithner había sugerido la posibilidad de ampliar y potenciar los usos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, para que pudiera actuar de manera similar al TALF, creado en Estados Unidos en 2008 para estimular los créditos al consumo y las empresas garantizando los préstamos ofrecidos por las entidades financieras. Juncker insistió que la reunión había sido sobre todo un debate sobre las propuestas existentes pero no sobre la toma de decisiones. Y preció que no se debatía sobre el FEES "con los que no son socios del euro".
Por su parte, la vicepresidente y ministra de Economía, Elena Salgado, manifestó antes del encuentro, que la intervención de Geithner contribuirá a conformar la visión de la situación general de la economía mundial, "pero no intervendrá para nada en las decisiones que se puedan tomar". "Estamos", añadió, "poniendo de nuestra parte todo lo posible para combatir las incertidumbres de esa crisis de deuda y tratando de estimular el crecimiento con reformas estructurales y una mejor gobernanza e integración". También el ministro de Finanzas de Bélgica, Didier Reynders, recordó que era una reunión informal y que no estaba prevista la toma de decisiones.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, destacó la reciente actuación conjunta del la Reserva Federal, el BCE, Banco de Inglaterra y los Bancos centrales de Japón y Suiza, de conceder liquidez en dólares, como un ejemplo de "una verdadera coordinación" de las economías mundiales.
Los líderes del euro confirmaron las rebajas de los tipos de interés de las ayudas concedidas a Portugal e Irlanda, por estar aplicando correctamente sus programas pero no lograron arranar un compromiso de Finlandia sobre las garantías que exige para ampliar el FEEF. La ampliación del de este fondo ya has sido aprobada por los parlamentos de Bélgica, Estonia, Francia, Luxemburgo e Italia. Los ministros confían en que la ratificación estará completa a mediados de octubre.
Sobre Grecia no se registraron avances. La entrega del sexto tramo de 8.000 millones "depende del informe de los expertos de la troika, (Comisión, BCE y FMI) que deberán comprobar si recia cumple los compromisos en materia de reducción del déficit, reformas estructurales y privatizaciones.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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