La Cámara de Diputados italiana ha renovado esta tarde la confianza al Gobierno de SilvioBerlusconi en una moción asociada al nuevo plan de ajuste. Los votos afirmativos han sido 316 y los negativos 302. Se da por descontado que el paquete de austeridad saldrá adelante en la votación final, esta noche.
El plan de ajuste, por valor de más de 54.000 millones de euros, tiene como objetivo reducir el déficit a cero en el ejercicio 2013 y dar confianza a los mercados sobre la capacidad de Italia de seguir pagando su deuda. La iniciativa incluye una subida del IVA, del 20 al 21%, un retraso progresivo en la edad en que las mujeres pueden jubilarse y un impuesto especial para las rentas más altas.
La estratagema de vincular el voto parlamentario de un tema importante con la moción de confianza se usa a menudo en Italia para lograr disciplina a la coalición de gobierno. Se utilizó ya la semana pasada en el Senado para el plan de ajuste y hoy ha vuelto a suceder.
Pese a la luz verde al plan de austeridad, en Italia ya se están discutiendo otras medidas adicionales. Existe el convencimiento de que el ajuste de gastos e ingresos, por sí solo, no va a solucionar el problema a largo plazo. El verdadero desafío es conseguir que la economía italiana, que lleva muchos años estancada –incluso antes de la presente crisis- vuelva a crecer con vigor. Para ello se necesitan reformas estructurales y aumentar la productividad.
La líder del principal sindicato italiano (CGIL), Susanna Camusso, calificó el plan de ajuste como "inadecuado" y "depresivo", pues provocará una contracción económica. Paradójicamente los argumentos de la presidenta de la patronal industrial (Confindustria), Emma Marcegaglia, fueron similares. También ella piensa que la austeridad y el rigor presupuestario del Estado no son suficientes para reactivar la economía italiana y asegurar cuentas saneadas a largo plazo.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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