El huracán Irene, que ha puesto en alerta a la práctica totalidad de los Estados de la costa este estadounidense, con la evacuación de más de dos millones de personas y con la ciudad de Nueva York en estado de máxima alerta, ha tocado tierra a las ocho de la mañana (hora local) cerca del cabo Lookout, en la costa este del Estado de Carolina del Norte, con vientos sostenidos de 140 kilómetros, según el último parte ofrecido por elCentro Nacional de Huracanes con sede en Miami. El huracán, en cualquier caso, se ha debilitado considerablemente en su camino hacia tierra firme, degradándose hasta la categoría 1 (la más baja en una escala de cinco). Está previsto que la tormenta barra la coste Este en su totalidad, desde Carolina del Norte hasta Nueva Inglaterra, pasando por Washington y Nueva York, ciudades que han desplegado un operativo sin precedentes para evitar que se repita la catástrofe del Katrina de la que se cumplen ahora seis años.
En una zona poco acostumbrada a tormentas de semejante fuerza, el huracán ya ha provocado numerosas evacuaciones preventivas; la alerta de 100.000 miembros de la Guardia Nacional, cancelaciones de rutas ferroviarias y aéreas (Iberia y Lufthansa, entre otras, han cancelado sus vuelos), y que siete estados se hayan declarado en situación de emergencia.
Hay hasta 65 millones de personas que residen en las zonas afectadas por el trayecto previsto del huracán, en el eje que une Washington, Baltimore, Filadelfia, Nueva York y Boston. En Washington, las autoridades han distribuido sacos de arena y han habilitado cuatro refugios para las personas evacuadas. La empresa nacional de ferrocarriles, Amtrak, ya ha cancelado los trayectos de larga distancia que unen la capital, Washington, con el sur. Las aerolíneas anularon también numerosos trayectos. El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ha ordenado el desalojo de diversas zonas bajas en Brooklyn, Staten Island y Manhattan, algo que podría afectar a 370.000 residentes.
El alcalde ha lanzado esta tarde nuevas advertencias y ha urgido a los residentes en las zonas más costeras a abandonar ya sus casa: "Quedarse es peligroso, es una locura y va contra la ley", ha dicho Bloomberg en una rueda de prensa en Coney Island. "Si tienen que irse, deben empezar ahora mismo".
Su homólogo en Washington, Vincent Gray, declaró la pasada madrugada el estado de emergencia a tenor de las previsiones meteorológicas que apuntan a que el huracán llegará a la capital estadounidense en las próximas horas. "He declarado el estado de emergencia en el distrito debido al inminente impacto del huracán 'Irene'", ha escrito Gray en su perfil en la red social Twitter.
Evacuación masiva
Con el sol aún brillando sobre el cielo de Nueva York, la ciudad de los rascacielos se preparaba este viernes para la llegada de un huracán que transformará el paisaje de la ciudad en cuestión de horas y que el sábado por la noche podría hacer temblar la ciudad con vientos de hasta 144 kilómetros por hora y copiosas lluvias. Lo que más preocupa a las autoridades es la fuerte subida de las aguas que bañan la isla de Manhattan y los barrios de Brooklyn, Queens y Staten Island. De ahí que por primera vez en la historia de Nueva York, el alcalde Michael Bloomberg anunciara la evacuación obligatoria de 370.000 personas que viven en las zonas de riesgo de inundación, además del desalojo de los hospitales y asilos cercanos a las zonas costeras. "Nunca hemos ordenado una evacuación y no lo haríamos si no pensáramos que la tormenta es potencialmente muy peligrosa" declaró el alcalde Michael Bloomberg en una rueda de prensa el pasado jueves. Además, a partir del sábado, el alcalde ha ordenado el cierre paulatino del sistema de transporte público, por miedo a que las inundaciones que el huracán pueda provocar paralicen el sistema y atrapen a los ciudadanos en su interior.
Con esta decisión, el alcalde además trata de salvar el tipo para no sufrir las críticas que recibió el pasado diciembre tras la tormenta de nieve que colapsó la ciudad ante su falta de previsión. Y no hay que olvidar que en la memoria del país está el huracán Katrina, que arrasó Nueva Orleáns en 2005 provocando la muerte de casi mil personas y ante cuya llegada las autoridades apenas hicieron nada.
El gobernador de Nueva York Andrew Cuomo ha puesto en alerta a la Guardia Nacional y se prevé también el cierre de varios puentes que conectan la isla de Manhattan con New Jersey y con Brooklyn. Mientras, en Wall Street, un área muy cercana a Battery Bark, considerada una de las grandes zonas de riesgo, el New York Stock Exchange hacía acopio de generadores para que lo que pueda ocurrir el domingo no paralice la apertura de la bolsa el próximo lunes. Y es que, en la capital del capitalismo por excelencia, parece que ni un huracán puede frenar el ritmo de vida, es más, hay quienes han visto en Irene claras las oportunidades de negocio: en algunos supermercados se ofrecen desde hace dos días 'cupones de descuento huracán' para que los neoyorquinos consuman de forma imparable gracias al huracán.
Un huracán "histórico"
"Todo indica a que éste va a ser un huracán histórico", ha dicho este viernes el presidente Barack Obama desde su retiro vacacional en Massachusetts. "No puedo insistir lo suficiente sobre este punto: no hay que esperar, no hay que retrasar las decisiones. Hay que prepararse para lo peor. Debemos tomarnos esta tormenta muy en serio". El presidente ha decidido adelantar el fin de sus vacaciones y regresar este viernes a Washington. También ha cancelado los actos de inauguración del monumento a Martin Luther King, que iban a congregar a 250.000 personas el domingo.
En las últimas horas, Irene se desplazaba a 22 kilómetros por hora y registraba ráfagas altas de hasta 165 kilómetros por hora, según el Centro Nacional de Huracanes. Vientos huracanados se extendían a un radio de 150 kilómetros de su ojo, y ráfagas de tormenta tropical a otro radio mayor, de hasta 465 kilómetros. La NASA estima que el diámetro del huracán es de unos 800 kilómetros, un tercio de toda la costa este del país.
Al pasar por Bahamas, Irene fue degradado a huracán de Categoría 2, aunque se espera que sus ráfagas se intensifiquen al tocar tierra, algo que el Centro Nacional sobre Huracanes prevé que ocurra cerca de la localidad de Wilmingon, en Carolina del Norte, a las 17.00 (23.00 en la España peninsular). Si supera los 178 kilómetros por hora, volverá a considerarse de Categoría 3.
El Gobierno, a través de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) ha distribuido alimentos, agua potable, mantas y demás material de asistencia a lo largo de la costa Este. La Cruz Roja ha abierto, además, refugios para familias evacuadas en Carolina del Norte. En total, son cinco los Estados que han declarado la situación de emergencia. Unos 100.000 agentes de la Guardia Nacional están en alerta por si los gobernadores necesitan su intervención.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
No comments:
Post a Comment