NUEVA YORK – Pese a que el ejecutivo de Suffolk, Steve Levy, tenía intenciones de presentar una ley que obligara a los contratistas del condado a revisar el estatus migratorio de sus empleados nuevos este martes, la propuesta no llegó a concretarse.
Luis Valenzuela, del Long Island Immigration Alliance, explicó que Levy no pudo presentarla porque una ley similar ya existía. Valenzuela dijo que la ley había sido presentada en el 2008, pero nunca había sido implementada.
"El problema con estas leyes es que son duplicaciones de leyes federales que ya existen, que son innecesarias y que ponen en el blanco a los jornaleros hispanos", dijo Valenzuela.
Carlos Canales, organizador del Centro de Derechos Laborales en Long Island, dijo que Levy había reducido su ataque a los inmigrantes luego del crimen de odio contra Marcelo Lucero en el 2008, en Patchogue, pero que este año el ejecutivo estaba reiniciando su campaña antiinmigrante.
"Cuando sucedió lo de (Marcelo) Lucero, él (Levy) paró sus campaña antiinmigrante. Pero hoy vuelve con esta nueva arremetida", comentó Canales.
Canales explicó que programas federales como E-Verify, que obliga a pedir el estatus migratorio de un trabajador al ser contratado, y Comunidades Seguras se han comenzado a implementar en forma secreta en Suffolk.
Para el reverendo Allan Ramírez, activista de los inmigrantes de Suffolk y Nassau, ésta es una estrategia de Levy para ser reelegido.
"El (Levy) sabe bien que no tiene los votos para pasar esa ley. La única razón por lo que lo hace es para crear una atmósfera en la cual sus seguidores piensen que sigue batallando por las comunidades blancas", dijo Ramírez.
Ramírez explicó que Suffolk es un condado muy racista y que Levy toma estas medidas para tener más publicidad, a pesar de que sabe que lo que crea es terror y más odio contra los inmigrantes.
Valenzuela también cree que la actitud de Levy es una declaración política para ganar votos.
Canales explicó que la ley que Levy estaba proponiendo no afecta a muchos inmigrantes directamente porque la mayoría de los que trabajan con contratistas del condado son documentados.
"El impacto es más bien sicológico. Es una campaña del terror", dijo Canales.
La oficina del ejecutivo de Suffolk fue contactada para esta nota, pero no entregó comentarios.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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