Carta a mi hijo

New York, por, Lissette García, rosassinespinas.com




Hola Jesús Ariel, sabias que tú nombre (Jesús) fue una promesa realizada o más bien un pacto con Dios, si nacías con salud, yo te pondría el nombre del unigénito pues mi salud se vio muy afectada con tu venida, pero te amé desde que te imagine, te quería sólo para mi, viniste y entonces alegraste mi existencia, pero luego se volvió a cernir una nube negra hijo mío, hijo amado, llore ríos, fue tan impactante creer que no te vería crecer, pero aquí estoy Jesús, si, aquí estoy, agradeciendo a Dios no sólo por darme el privilegio de tenerte, sino por ver el joven en el que te has convertido.



Agradezco a Dios y a la vida por esta oportunidad, cumples 19 años, felicidades mi hijo, que vengan muchos más, perdón si en algún momento é parecido ruda, pero mientras tú lo veías de esa forma, la verdad era que no quería verte débil, te quiero fuerte, independiente, capaz de tomar decisiones buenas y las no tan buenas, al fin y al cabo aprenderás de ambas, eso si mi hijo nunca nubles tú vista, a lo bueno, cómo a lo malo búscale la enseñanza,aprende de cada experiencia, que todo tiene un propósito, sé agradecido con todos los que te rodean y con aquellos que no también, porque nadie sabe lo que el mañana trae consigo, no te sientas grande o más que nadie, recuerda que eres el hijo más pequeño de Dios, que la grandeza de este mundo aquí queda, más si exaltas las bondades de nuestro padre celestial así el padre exaltara tu paso por este mundo.




Supérate como ser humano, estudia, lo que decidas hacer hazlo con amor y pasión, hazlo bien, o no lo hagas, mientras te toque estar en este mundo procura vivir con sabiduría, recuerda “el dinero es necesario, pero no lo es todo” el bienestar y las penurias son pasajeras, siempre y cuándo sepas convivir con ambas, ya que una es hermana de la otra, pero no ames mucho a una y aborrezca la otra, porque podrían pasar dos cosas, una te hará esclavo, más la otra te hará libre, no es más sabio aquél que más posee, pues su carga es mucha y su voluntad no le pertenece, sin embargo si eligieras la más ligera te aseguro hijo querido que vendrán bendiciones a granel, sabes porqué, porque la felicidad está dentro de ti debes vivir dignamente es tú obligación, por lo que deberás estudiar y trabajar, cómo te enseñé, siempre has visto a tú madre trabajar más duro que un hombre, también has visto tú madre vivir, no me quejo hijo amado, porque é sido feliz de todo é aprendido, así pues deseo que Dios guíe tus pasos y seas todo lo que decidas ser tú no lo que alguien más decida.



Me despido dándote el mejor de los consejos, si en algún momento sientes que pierdes el norte, busca ayuda en la palabra de Dios para se exactos, busca eclesiastés o el libro de job, y que sean la luz que te iluminen y despejen tus tinieblas y la fuerza que te saquen de toda prueba que la vida te ponga, no lo olvides mi amor, ésta es mi herencia, que Dios te bendiga hijo amado.




Lissette García

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