Hamás e Israel negocian un alto el fuego para la franja de Gaza

Egipto media en las negociaciones para un alto el fuego entre Hamás e Israel, según confirmó el viernes un portavoz de Exteriores en El Cairo. En la madrugada, fuentes del grupo palestino en Gaza informaron al servicio internacional de la televisión británica BBC de que están a punto de detener sus ataques a Israel. Hablan de una "cuestión de horas". En Egipto niegan, sin embargo, que se haya alcanzado aún "ningún acuerdo concreto". El Ejecutivo israelí declina comentar las declaraciones de Hamás, pero su aviación detuvo los ataques sobre Gaza tras varios días de bombardeos. Las Fuerzas Armadas israelíes habían reforzado el jueves su presencia en los límites de la Franja, después de que los islamistas intensificaran en las últimas semanas sus ataques con cohetes y morteros a las ciudades adyacentes en Israel. Estos disparos continuaban el viernes por la mañana. Solo en la noche del lunes, sus aviones golpearon 34 objetivos de los islamistas en Gaza. 10 palestinos resultaron heridos por los bombardeos del jueves por la mañana. A mediodía, fuentes del Ejército anunciaron una estrategia de distensión, de acuerdo con la cual Israel “responderá al silencio con silencio”. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, amenazó con usar la fuerza en el caso de que continúen los ataques desde Gaza. En una rueda de prensa en Gaza, un portavoz de Hamás aseguró el jueves que los conflictos previos con Israel serían un "picnic" en comparación con lo que ocurriría ahora si el Ejército israelí lanzara una operación en la Franja. El portavoz, al que la agencia británica Reuters identificó como Abu Ubaida, ha acusado a Israel de incumplir un alto el fuego alcanzado en 2012 tras un enfrentamiento de ocho días. Mientras tanto, en el primer viernes de Ramadán se teme una nueva escalada de tensiones en Cisjordania y en la Jerusalén ocupada. La festividad religiosa musulmana coincidirá con el entierro de un joven palestino asesinado en la madrugada del miércoles en el Este de la ciudad. Netanyahu prometió el jueves por la tarde que “los culpables responderán ante la Justicia, sean quienes sean”. Las autoridades siguen investigando la autoría del crimen. Diversos medios israelíes citan fuentes próximas a la investigación, según las cuales la pista más sólida apunta a un crimen racista perpetrado por ultraderechistas judíos. El muchacho de 17 años, llamado Mohamed Abu Khdair, se dirigía al rezo de las cuatro de la mañana cuando desapareció cerca de su casa, en una zona de clase media en el barrio oriental de Shuafat. Su cadáver apareció calcinado horas después, en un bosque del oeste de Jerusalén. Comenzaron dos días de graves disturbios en el Este de la ciudad, en los que resultaron heridos cientos de manifestantes. Shuafat seguía siendo un campo de batalla entre manifestantes y fuerzas antidisturbios en la noche del jueves, mientras un grupo de forenses palestinos e israelíes seguían con la autopsia de chico. La policía israelí ha desplegado miles de efectivos en el Estes y en la parte vieja de Jerusalén, donde se encuentra la explanada de las mezquitas, así como en diversos puntos del este. En el barrio están convencidos de que el asesinato fue una venganza por la muerte de tres estudiantes judíos desaparecidos el pasado 12 de junio. Los escolares Gilad Shaer, Naftalí Fraenkel y Eyal Yifrah, de 16 y 19 años, aparecieron muertos el lunes cerca de Hebrón, en Cisjordania. Las autoridades israelíes los buscaron durante 18 días “con la premisa” de que estaban vivos. La grabación de la llamada de uno de ellos a la policía, realizada muy poco después del secuestro y publicada esta semana, recoge golpes, gritos de dolor y lo que parecen disparos de una pistola con silenciador. Durante la masiva operación de rescate de los tres estudiantes, Israel detuvo a cientos de palestinos, en su mayoría relacionados con Hamás. Netanyahu culpó a la organización islamista desde el primer día de la desaparición de los muchachos y pidió al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, que rompa su acuerdo de reconciliación con Hamás y disuelva el Gobierno de unidad palestina presentado en junio. Abbas quiere dejar atrás siete años de división entre Hamás, que controla Gaza, y su propio Gobierno en Cisjordania. Lissette Garcia RosasSinEspinas