“Es tiempo del Gobierno de Modi” decían en hindi las portadas de muchos medios en India. Tras el cierre de las últimas urnas de unas elecciones maratonianas la victoria del nacionalista hindú Narendra Modi en la democracia más grande del mundo estuvo clara desde primeras horas de la mañana de este viernes. Aunque los resultados todavía no son definitivos, porque el recuento está en marcha, es evidente que el Partido Bharatiya Janata (BJP) ganará por si solo más de los 272 escaños que necesitan para poder formar un Gobierno. Según los últimos conteos, los nacionalistas obtendrán más de 300 de los 543 asientos en el Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento. Desde el inicio de la campaña las encuestas predecían una victoria nacionalista, pero pocos creían que podría gobernar en solitario. Desde 1984 ningún partido ha obtenido en solitario la mayoría absoluta.
Los especialistas creen que la victoria de Modi, más que probable futuro primer ministro, se debe a sus promesas de prosperidad económica, para las que el líder nacionalista ha puesto como ejemplo su Gobierno en el Estado de Gujarat (al oeste del país) cuyo crecimiento económico sigue superando el 10% anual. Otro factor ha sido que los indios quieren un líder de mano dura, que tome decisiones más contundentes.
Hasta ahora ha habido pocas reacciones de la parte de la sociedad que está en contra de Modi, por ejemplo los musulmanes, que representan alrededor de un 15% de la población. Modi, que no tiene reparo en llamarse fundamentalista hindú, fue juzgado y absuelto por falta de pruebas por el Tribunal Supremo por sus posibles responsabilidades en la ola de violencia interreligiosa en Gujarat en 2002 durante su gobierno. Murieron unas 1.000 personas, la mayoría musulmanes. A pesar de la sentencia, muchos creen que tuvo algún grado de implicación.
Pero también este resultado es un castigo para el gobernante Partido del Congreso y la familia Gandhi, que ha perdido popularidad por la desaceleración económica y por diversos escándalos de corrupción. Esta vez, este partido político, que ha gobernado India 54 de sus 67 años de independencia, incluidos los últimos diez, podría ganar solo 72 escaños, una cifra que incluye a sus aliados políticos. Rahul Gandhi, el cachorro de la dinastía, tuvo el consuelo de no perder en el distrito de Amethi, en Uttar Pradesh, que es el bastión familiar desde donde ganaron en el pasado su tío (Sanjay), su padre (Rajiv Gandhi) y su madre (Sonia Gandhi). “La culpa no es solo de Rahul, es un fallo colectivo”, dijo Satyavrat Chaturvedi, un alto cargo del partido, al canal de televisión NDTV, reconociendo así la derrota muchas horas antes de lo que se tenía previsto. "Aceptamos el mandato del pueblo, le damos la bienvenida y aceptamos nuestra derrota".
Este resultado es un castigo para el gobernante Partido del Congreso y la familia Gandhi, que ha gobernado India 54 de sus 67 años de independencia
Modi ha ganado en las dos circunscripciones en las que se ha presentado: Vadodara, en Gujarat y Benarés, la ciudad más sagrada del hinduismo, donde apeló al voto religioso. El hinduista, de 63 años, siguió el recuento de los votos por televisión en su casa en Gujarat y cuando su victoria fue clara, fue a pedir la bendición a su madre. “Aquí están mis bendiciones. El país se va a desarrollar”, le dijo la mujer de 95 años a su hijo. Fuera de las oficinas del BJP se han repartido dulces para celebrar la victoria.
El primer ministro indio saliente, Manmohan Singh, ha telefoneado a Modi para felicitarlo, expresó el mandatario en su cuenta de Twitter. Los comicios generales se celebraron a lo largo de cinco semanas y registraron un récord de participación del 66,3 % con 551 millones de personas que depositaron su voto.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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