Una vez que los padres toman la decisión de entregar el cuidado de sus hijos a otras personas es importante (si tienen edad suficiente para comunicarse y entender) que los padres entreguemos las herramientas que los niños necesitan para protegerse. Una de estas herramientas es que los niños tengan claro frente a qué situaciones pueden y deben decir que “No”, aprender a contar sus problemas e inquietudes y a pedir ayuda cuando la necesiten.
Buscando respuestas en internet llegué a un interesante documento realizado por la Federación de Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil, de España. En este documento se detalla algunas de las cosas que como padres y educadores deberíamos transmitir a los niños. Estas son:
- Enseñar a los niños que su cuerpo es una parte valiosa y bonita de sí mismos, algo que deben cuidar y de lo que deben sentirse orgullosos. Como todo lo que uno quiere, uno debe cuidarlo y preservarlo del daño.
- Los besos, las caricias y los abrazos forman parte de las relaciones afectivas, se dan a gente que conocen y quieren, no a desconocidos. La buena educación no debe nunca forzar la intimidad. Y los niños y niñas deben tener claro que si un desconocido les pide un beso, una caricia o un abrazo, el mismo que a su madre, a su abuelo o a sus amigos se lo darían encantados, a alguien que no conocen pueden negarse sin problemas. La intimidad ha de ir ligada al tiempo, la confianza y el afecto.
- El contacto físico nunca debe forzarse. Ni ellos deben obligar a alguien que no quiera a besarles o abrazarles, ni deben dejar que otra persona les bese, acaricie o abrace si ellos no quieren. Antes de tocar a otra persona o que otra persona los toque, siempre deben pedir permiso, preguntarle si le gustaría, para no herir a otra persona ni violentarla.
Porque ellos siempre tienen el derecho a decir “No”, sea quien sea la persona que quiera tocarles, por muy cercana y querida que sea, del mismo modo que otras personas tienen el derecho a negarse a recibir sus besos o sus abrazos, por muy buena que sea la intención con la que ellos los dan.
- Cada persona tiene partes del cuerpo que son muy sensibles, pero hay una zona del cuerpo que es privada: los genitales. Nadie puede tocarlos más que ellos mismos. En el caso de tener una herida o estár enfermos, pueden revisarlos y curarlos solo sus padres o el médico.
Los invito a practicar estas medidas con sus hijos y a estar atentos al próximo artículo donde ahondaremos más sobre este tema.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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