Cerca de 14 millones de coches lo cruzan cada año. Es el punto fronterizo más transitado del mundo. Ha despertado de una pesadilla de violencia y se abre paso para cambiar su anterior imagen de rudeza por una de innovación. Las estadísticas de seguridad muestran mejoría, y el animado ambiente calles, restaurantes y plazas confirma que la paz gana terreno. Es Tijuana, y al concentrar a poco más del 50% del padrón de 2,4 millones de votantes de Baja California, marcará el destino de la elección a gobernador de este Estado mexicano.
Aunque la violencia que la asoló durante años no ha desaparecido, Tijuana luce y se siente diferente. Ya no es la ciudad en la que los empresarios, para minimizar el riesgo de salir a la calle, montaban un comedor contiguo a su oficina para recibir ahí a sus clientes.
Sus calles tienen más gente y menos muerte. Entre el último semestre de Gobierno del presidente Felipe Calderón y los seis primeros meses de Enrique Peña Nieto, el número de homicidios ligados al crimen organizado ha bajado un 41%, según datos de la consultora Lantia.
Esa tendencia se aprecia más claramente al revisar las cifras de la Secretaría de Seguridad Pública de Tijuana, que muestran que en 2012 hubo 362 homicidios, mucho menos que los 844 registrados en 2008, o a los 817 de 2010, y menor incluso a los 470 de 2011.
Con la violencia acotada en este municipio — donde gobierna el PRI, como en los otros cuatro que conforman el Estado— y un despertar ciudadano que promueven iniciativas para activar el orgullo tijuanense, lo que podría complicar que los priistas mantengan esta alcaldía es que su candidato, Jorge Astiazarán, (que aventaja en los sondeos a su principal opositor Alejandro Monraz) quede atrapado en pugnas de los propios priistas, pleitos que rebasan el ámbito local. Y si el PRI pierde o compromete Tijuana, la gubernatura de Baja California podría seguir en manos del PAN, partido que la ha ganado cada seis años desde 1989.
El factor Hank
La población de Tijuana es de poco menos de 2 millones de habitantes (al censo de 2010 habitaban 1,5 millones este municipio), pero hay tijuanenses más influyentes que otros. Uno de ellos es Jorge Hank Rhon. Su peso en los comicios podría resultar determinante.
El controvertido propietario de Grupo Caliente, un emporio de casas de apuestas, es hijo de Carlos Hank González, el histórico líder de los priistas —muerto en 2001— que formaban el grupo Atlacomulco, que desde el Estado de México (centro del país) se propuso desde hace décadas llegar a la presidencia, sueño alcanzado con Enrique Peña Nieto en 2012.
Pero la prosapia del hijo del fallecido líder no basta en los nuevos tiempos del PRI. Hank Rhon fue marginado de la candidatura por su propio partido. Su imagen desaliñada y su polémico pasado –entre otras acusaciones ha sido señalado en el asesinato del respetado periodista Héctor Félix Miranda hace 25 años— no desentonan con la leyenda de pueblo rebelde que ha caracterizado desde hace más de un siglo a Tijuana, pero es demasiado “políticamente incorrecto” para los priistas afanados en mostrarse distantes del pasado.
El ingeniero nacido en 1956 en Toluca, Estado de México y padre de 19 hijos, vio incrementar su leyenda en junio de 2011, cuando el Ejército mexicano lo detuvo en su cama por órdenes de Felipe Calderón, acusado de poseer un arsenal. El presidente y su equipo no pudieron sostener la acusación en tribunales y Hank Rhon recuperó su libertad en cuestión de días.
Pero apenas fue un escándalo más de este hombre aficionado a la equitación y que colecciona decenas de animales en un zoológico particular. En 2007 perdió la gubernatura en medio de acusaciones de que la policía de Tijuana, de la que él como alcalde era jefe, prestaba servicios a narcotraficantes.
Esa derrota, por seis puntos porcentuales, le distanció de Fernando Castro Trenti, quien fuera coordinador de campaña. Cuando llegó el tiempo de buscar candidato para el proceso electoral de este año, Hank Rhon seguía siendo popular en esta región pero no solo fue marginado por su partido, sino que su excolaborador se quedó con la candidatura. El empresario regateó apoyos públicos a Castro Trenti y solo se presentó en un acto de cierre de campaña del actual candidato, ocurrido el domingo pasado en el estadio de su equipo de futbol de primera división, los Xolos. Sin embargo, lo hizo portando gorra y camiseta con nombres de otros candidatos de su partido, no del principal abanderado. Y por si quedaba duda de sus reservas frente a la decisión de su partido, uno de sus hijos, César Hank, se apersonó dos días después en un evento del candidato panista Francisco Kiko Vega para que los fotógrafos registraran su adhesión.
Para unos sobreestimado, para otros un factor indispensable de la elección, la distancia de Hank Rhon con su partido podría traducirse en un elemento clave este domingo, sobre todo en el caso de una elección cerrada. Hay quienes afirman incluso que los priistas locales podrían votar cruzado: apoyar a su candidato a presidente municipal pero votar por el PAN para la gubernatura.
Más que la capital del Estado (Mexicali), Tijuana marca las tendencias de la votación de un Estado donde en las dos anteriores elecciones a gobernador no ha votado ni la mitad del padrón (37% en 2001 y 41% en 2007).
Pero más allá del inevitable peso de Hank, cuestionado religiosamente cada viernes por el semanario Zeta —que en sus páginas le pregunta por los motivos que tuvo su jefe de escoltas para matar hace 25 años a Héctor Félix Miranda— Tijuana es hoy más una ciudad que celebra iniciativas como los 10 años del programa Ópera en la Calle, o el renombre bien ganado de un restaurante como Misión 19, e incluso las exposiciones itinerantes de artistas como Raúl Anguiano en las maquiladoras y los congresos organizados por Tijuana Innovadora, que una población anclada en una leyenda maldita. Aquí, entre figuras del PRI del pasado y la apuesta del futuro se definirá este domingo al nuevo gobernador de Baja California.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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