Al menos 60 personas han fallecido y 190 han resultado heridas la mañana de este lunes en una ola de atentados con más de una decena de coches bomba en Irak, sobre todo en zonas mayoritariamente chiíes, según fuentes médicas y policiales.
El peor balance se ha registrado en la capital, Bagdad, con al menos 30 muertos a causa de la detonación de nueve coches bomba en los barrios de Ciudad Sadr, Habibiya, Hurriya, Bayaa, Ur, Shurta, Kadhimiya y Risala. En la ciudad de Kut, a 150 kilometros a sureste de Bagdad, la explosión de dos coches bomba cerca de una parada de autobús ha dejado 10 muertos. Otros cuatro murieron en una explosión en la ciudad de Mahmoudiya, 30 km al sur de la capital.
En los últimos meses, militantes islámicos suníes han reforzado su ofensiva contra el Gobierno liderado por los chiíes. La guerra civil en la vecina Siria ha inflamado las tensiones existentes en la región. El recrudecimiento de la violencia en los últimos meses ha aumentado los temores de un retorno a un conflicto sectário entre kurdos, chiíes y suníes musulmanes.
Los atentados con bomba y los ataques armados han causado cerca de 4.000 muertos en el país en lo que va de año y más de 810 muertos desde el comienzo de julio, según recuentos de la organización Irak Body Count.
El mes sagrado de Ramadán, que empezó el 10 de julio, ha estado marcado por ataques casi diarios de los milicianos de Al Qaeda y otros insurgentes suníes que intentan debilitar al Gobierno. Aunque las fuerzas de seguridad generalmente son el blanco principal de los terroristas, los últimos atentados se han ensañado con decenas de civiles que ultiman sus compras en mercados o se reúnen en los cafés para romper el ayuno.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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