El ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, ha asegurado que la muerte de Leonidas Zambrano Cardozo, alias «Caliche», jefe de la Columna Jacobo Arenas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), es un duro golpe contra el grupo por su proximidad a los líderes guerrilleros. Caliche, uno de los hombres de confianza del líder guerrillero Jorge Torres Victoria,«Pablo Catatumbo», falleció el miércoles en una operación de las fuerzas de seguridad colombianas.
Según el ministro, el ahora fallecido estaba encargado de la preparación de los atentados con coche bomba y había dirigido varios ataques contra la población civil. Pinzón ha explicado que la operación militar comenzó en la cordillera Central y Occidental, en el norte del departamento de Cauca (suroeste), lo que obligó al guerrillero a desplazarse hacia el sur para ser abatido en el norte del departamento de Nariño, donde murieron otros seis guerrilleros.
El titular de Defensa ha destacado que, por las relaciones con altos mandos de la guerrilla y por pertenecer al Estado Mayor de las FARC, la muerte de Caliche es un duro golpe para el grupo y afecta a su estrategia. El ministro ha apostillado que, con esta operación, vuelve a relacionarse a las FARC con el tráfico de drogas. «No hay duda. No hemos hecho sino comprobar todos los nexos y relaciones con el narcotráfico de las FARC en el oriente del país, el sur y en la zona occidente pacífico», ha indicado. «Esa organización parte de su manera de actuar es decir mentiras y eso ellos le llaman estratagema y, con eso, creen que pueden engañar al pueblo colombiano», ha añadido el titular de Defensa, según medios locales.
Las autoridades colombianas ofrecían hasta 2.000 millones de pesos (829.072 euros) a cambio de cualquier información que llevara a su captura, una de las recompensas más altas del Gobierno de Juan Manuel Santos.
Diálogo de paz
La muerte de «Caliche» podría afectar al diálogo de paz entre el Gobierno y las FARC, ya que «Pablo Catatumbo» se incorporó el pasado mes de abril al equipo negociador de la guerrilla para dar un nuevo impulso al proceso. Desde el pasado 8 de octubre en Oslo y 19 de noviembre en La Habana, el Gobierno y las FARC abordan en la mesa de negociaciones una agenda temática de cinco puntos para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado. A pesar de que a estas alturas ya esperaban tener firmado un acuerdo sobre desarrollo rural y agrario, el punto más importante, todavía no lo han conseguido y estas conversaciones se solapan ya con las de participación política.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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