El Grupo de Acción para Siria se reúne hoy en la ciudad suiza de Ginebra para tratar de remover obstáculos para la aplicación de un plan de paz diseñado por el enviado de la ONU al país, Kofi Annan. No parece fácil, debido, sobre todo a la oposición de Rusia. Después de que ayer los técnicos no llegaran a un acuerdo, el ministro británico de Exteriores, William Hague, ha declarado esta mañana que Rusia y China se oponen al plan de paz y que, aunque se intentará sumarlos al bloque occidental, el acuerdo “es muy difícil”.
El Grupo de Acción está integrado, además de por Annan, por los ministros de Exteriores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU –EE UU, Reino Unido, Francia, Rusia y China- más un grupo de países que representan a la Liga Árabe -Irak, Kuwait y Catar-, Turquía así como los secretarios generales de la Liga Árabe y de la ONU y la alta Representante para Asuntos Exteriores de la UE, Catherine Ashton. El objetivo es frenar una sangría que ha costado ya la vida a más de 15.000 personas desde que, hace más de un año, se levantara una revuelta popular contra el régimen dictatorial de Bachar el Asad.
Antes del comienzo de la reunión, Hague se ha mostrado pesimista. "No hemos conseguido un acuerdo de antemano con Rusia y China. Eso sigue siendo muy difícil. No sé si será posible lograrlo", ha dicho Hague. No obstante, no ha cerrado la puerta del todo: “La comunidad internacional tiene una oportunidad de ser más fuerte y actuar con más firmeza, pero solo podemos hacerlo con el acuerdo de Rusia y China". Laurent Fabius, el jefe de la diplomacia francesa ha calificado de “razonable” el plan de Annan y espera que encuentre el apoyo de todos.
El punto fundamental de los seis de que consta el plan Annan tiene que ver con la apertura de un proceso de transición política. Establece que debe ponerse en marcha en Siria un “proceso político abierto, dirigido por los sirios”, que responda a las preocupaciones legítimas de la población y que debe designarse un “interlocutor” que disponga de los poderes necesarios para llevar a buen término la transición. Es aquí donde se encalla el acuerdo, ya que Rusia y China se oponen a cualquier solución foránea que imponga una solución externa a Siria. Tampoco Damasco acepta ninguna solución que venga de fuera. Por su parte, el movimiento opositor no quiere sentarse a negociar con un Gobierno que tiene "las manos manchadas de sangre". El plan nunca llegó a ponerse en marcha porque su primer punto es un alto el fuego que nunca se respetó.
"Es muy importante enfrentar esta reunión con un sentido de mucha urgencia y responsabilidad", ha dicho Hague, recordando que "la situación en Siria solo va a peor". "El número de muertes ayer fue absolutamente horroroso y el régimen de Asad ha demostrado que no tiene ninguna capacidad de proteger su propia población y de evitar crímenes cometidos en su nombre o de lanzar un proceso político genuino en Siria, por lo que es vital que la comunidad internacional actúe unida".
Dado que el plan Annan fracasó en su primer punto , el alto el fuego, en abril, la propuesta para la reunión de hoy es establecer un mecanismo para lograr un efectivo alto el fuego -aunque no se han concretado cómo se alcanzaría ese objetivo- y un gobierno de transición formado por miembros del Ejecutivo de El Asad y de la oposición para implementar una transición política.
En caso de lograr el anhelado acuerdo, Hague adelantó que deberá ser refrendado por una resolución del Consejo de Seguridad en la que se establezcan medidas coercitivas concretas para asegurar su aplicación, aunque no especificó cuales.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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