Hubo una época de estilos recargados y de música simple y entretenida. La diversión y los excesos parecían ser una religión a fines de los años setenta, cuando el mundo era comandado por la “onda Disco” y su soberana indiscutida era Donna Summer.
Víctima del cáncer y con solo 63 años de edad muere la reina de la música disco. Fueron dos décadas plagadas de éxitos planetarios y ventas millonarias. Cinco premios Grammy y hasta un Oscar engrosan el palmarés de esta cantante norteamericana que supo sacar el mejor provecho a su potente voz.
Su lucha contra la enfermedad era de conocimiento público, pero su repentina partida no deja de asombrar, más aun sabiendo que por estos días preparaba nuevo material discográfico. Para siempre nos quedarán los clásicos como “Last Dance“, esos que la convirtieron en un personaje inmortal.
A solo meses de la partida de Whitney Houston se va otra de las grandes voces femeninas de todos los tiempos y además, pieza fundamental de una época dorada. Poco a poco la industria discográfica y el mundo del espectáculo va perdiendo a personalidades fundamentales que representaban en sí mismos estilos y épocas completas. Tanto Whitney Houston como Donna Summer pertenecen a otros tiempos, a una era dorada desbordante de talentos, donde los discos aún se vendían y la categoría de Diva era obtenida arriba de los escenarios.
Se muere parte importante de la historia musical de Estados Unidos y el mundo, se apagó “la reina de la onda disco”. Por ahora debemos lamentar la partida de un talento enorme que nos hacía recordar buenos viejos tiempos.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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