Fidel Castro se encontrará hoy en La Habana con el Papa Benedicto XVI. Lo confirmó anoche en Cuba (de madrugada en la Península) a través de un artículo de opinión en la web oficial Cubadebate. "Gustosamente saludaré mañana miércoles a Su Excelencia el Papa Benedicto XVI", escribió Castro, "como lo hice con Juan Pablo II, un hombre a quien el contacto con los niños y los ciudadanos humildes del pueblo suscitaba, invariablemente, sentimientos de afecto".
El exlíder del régimen cubano, de 85 años, ahora en segundo plano por problemas de salud, anunción de esta manera su cita con el Papa al final de un texto que comienza con referencias a los problemas actuales del mundo y luego liga con una reflexión sobre las coincidencias entre "los marxistas y los cristianos sinceros".
El Papa Benedicto cerrará hoy su gira -que lo llevó primero a México y después a Cuba- con el esperado encuentro con Fidel Castro y con una misa en la Plaza de la Revolución, en cuyo palacio fue recibido ayer por la cúpula castrista, con el presidente Raúl Castro (de 81 años y hermano menor de Fidel) a la cabeza.
El encuentro en el Palacio de la Revolución entre el pontífice y Raúl Castro duró unos 40 minutos. Ambos estuvieron acompañados por un intérprete. Al final, el Papa saludó a la familia del presidente.
De acuerdo con el programa oficial de la visita, el encuentro entre Raúl Castro y Benedicto XVI respondía, desde un punto de vista diplomático, al hecho de que el Papa detenta el título de jefe del Estado Vaticano, por lo que su presencia en Cuba, además de tener una función apostólica, también se considera como una "visita de cortesía" del cargo más alto de un país extranjero.
Según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, la reunión fue especialmente larga para lo que acostumbra el Papa en sus rutas. El funcionario aseguró que el tema central de conversación fue el papel de la Iglesia en Cuba. Benedicto XVI le transmitió a Castro su esperanza de que su institución religiosa pueda contribuir al desarrollo del país. En lo que toca a este ámbito, trascendió el detalle de que el pontífice pidió al líder cubano que hiciese festivo el Viernes Santo, como hizo con éxito Juan Pablo II con Fidel Castro con respecto al día de Navidad cuando visitó la isla en 1998.
Lombardi también confirmó que no se mencionó el asunto de la oposición y de la falta de libertades políticas. De acuerdo con el portavoz, el Papa "está bien informado" sobre esto, y si no pudo contactar con este sector social fue, fundamentalmente, porque no hubo tiempo para ello.
Dentro de este esquema de relaciones interestatales -no confesionales- el secretario de Estado de la Santa Sede (o Primer Ministro), Tarcisio Bertone, se reunió en una sala anexa con el primer vicepresidente de Cuba, José Ramón Machado Ventura (número dos del Gobierno cubano), y con el canciller de la isla, Bruno Rodríguez.
Por parte de la Santa Sede acompañaron a Bertone el Sustituto de la Secretaría de Estado (número tres del Vaticano), Ángelo Becciu, el secretario para las Relaciones con los Estados (ministro de Exteriores), Dominique Mamberti, y el nuncio apostólico en Cuba, Bruno Musaro. También estuvo presente el cardenal español Antonio Cañizares.
Tras las conversaciones, hubo un intercambio de regalos. En concreto, el pontífice obsequió a Raúl Castro con un facsímil de la Geographia de Claudi Tolomeo. Se trata de la copia de un pergamino de los años 1460-1470 que reproduce el manuscrito Urbinate latino que se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana, y que contiene la versión latina de la Geographia de Tolomeo, del siglo II después de Cristo.
Cuando se acabó la audiencia, Raúl Castro y el Papa salieron a la puerta del Palacio de la Revolución y el gobernante cubano le enseño a su huésped algunas cosas de la plaza, como el monumento al hérore de la Independencia de Cuba, José Martí, o la efigie a tamaño gigante del Che Guevara.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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