Home » Los policías de Bahía desalojan la Asamblea
Los casi 300 policías en huelga atrincherados en Salvador de Bahía abandonaron esta mañana de jueves (hora española) el edificio de la Asamblea Legislativa, donde se encontraban encerrados desde hace diez días. En las últimas horas, tras fracasar unas negociaciones que apenas han durado un día, las autoridades cortado la llegada de agua, alimentos y medicinas a los huelguistas y habían cortado la luz en el edificio. Los policías que han salido han anunciado, sin embargo, que la huelga continúa.
Entre los que se entregaron figura el líder de la huelga iniciada hace diez días, Marco Prisco, y otro jefe de los amotinados, identificado como Antonio Paulo Angeline, según el jefe de Comunicación del Ejército, coronel Marcos Cunha.
Las negociaciones entre el gobernador del Estado de Bahía, Jacques Wagner, del partido de los Trabajadores (PT), el partido del gobierno de la Presidenta, Dilma Rousseff, y los 300 policías militares atrincherados en el palacio de la Asamblea Legislativa de Salvador, la capital bahiana, duraron apenas 24 horas antes de darse por terminadas en la tarde del miércoles.
En el tiempo que ha durado la huelga, el número de asesinatos en la ciudad, sin fuerzas de orden público, ha alcanzado ya la cifra de 134 en nueve días, según el Gobierno federal. Un policía de 34 años, Leonildo dos Santos, murió tiroteado por tres desconocidos mientras cenaba en una pizzería de la ciudad.
El cordón de las fuerzas del orden en torno al lugar donde están encerrados los policías militares llegó a aumentar hasta 1.400 hombres, de los cuales 150 son también policías militares que no participaban en la huelga.
El Gobierno federal de Dilma Rousseff ha demostrado su preocupación no sólo por el momento grave que vive la ciudad de Salvador de Bahía, un verdadero martirio, con la ciudad paralizada a una semana del gran carnaval internacional. Los policías de otros siete Estados se estarían preparando para entrar también en huelga en solidaridad con sus colegas bahianos, según las informaciones que llegan al Gobierno. Son los de Rio de Janeiro, Pará, Paraná, Alagoas, Espíritu Santo y Rio Grande do Sul.
En medio de la tragedia, dos detalles idiosincráticos de la cultura brasileña: los policías en huelga celebraron el miércoles por la tarde una oración colectiva frente a la Asamblea Legislativa, donde están encerrados sus 300 colegas.
El otro detalle es que los policías en huelga ilegal, felicictaron ayer en su cumpleaños, con una tarta, al general Gonçalves Alves, director de las operaciones de seguridad de la ciudad encargado de domar la huelga. Alves había sido durante años responsable de la seguridad del expresidente Lula en el Palacio del Planalto de Brasilia.
Los editoriales de los diarios más importantes del país califican de “herida al Estado de derecho”, la huelga policial de Bahía y señalan que las autoridades no deben ceder, como hizo en el pasado el expresidente y exsindicalista Lula da Silva, ningún tipo de amnistía a los huelguistas que están desafiando al Estado manteniendo una huelga declarada ilegal.
No es una papeleta fácil para la Presidenta Dilma, ya que su partido, el PT se juega mucho en la resolución de esta huelga policial en una ciudad gobernada por él y que podría acabar siendo la mecha que encienda nuevos fuegos semejantes en todo el país.
Políticamente, si por una parte, el Gobierno no podía ceder al chantaje de los huelguistas, por la otra, la incapacidad de un gobierno progresista como el PT de no conseguir acabar con la huelga de forma negociada puede ser considerada ahora como negativa y puede encender nuevos focos de protestas en otros lugares del país, ya que el problema policial sigue siendo un tema candente de la política brasileña.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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