CARACAS, 6 febrero 2012 – La serenidad de Henrique Capriles contrasta con las bocinas y cánticos que corean sus militantes en el centro de la bulliciosa Caracas. Uno por uno, el joven gobernador les escucha y les promete ayuda, confiado en convertirse en el candidato opositor que se medirá al presidente Hugo Chávez en las elecciones de octubre.
Ni bien se baja del camión en el que viaja para hacer campaña junto a una caravana de autos y motos, un grupo de mujeres le rodea para saludarlo y regalarle estampitas religiosas que lo ayuden a ser electo en las inéditas primarias de la oposición del domingo, en las que es favorito según las encuestas.
“¡Ay mírenlo, tan bello, está tan flaco de tanto caminar! A él lo vamos a llevar al poder, ya conseguí 30 votos” convenciendo a los allegados, comenta emocionada a la AFP Carmen Vargas, de 61 años, apenas ve de cerca a Capriles, gobernador del Estado Miranda (norte), uno de los más poblados y ricos de Venezuela.
En uno de los últimos eventos de una exigente campaña antes de las primarias, el líder opositor, de 39 años y con una trayectoria política que inició a los 25, se muestra accesible, sin prisas. Besa y abraza a los militantes, moviéndose con energía pese a haber dedicado el último año a recorrer el país para promover su precandidatura a las presidenciales del 7 de octubre.
“Soy un atleta y estoy acostumbrado a estos trotes (…) Para mí no hay ningún problema, más bien la energía es una fortaleza que tengo”, comenta a la AFP durante unos segundos en que sus seguidores le dan un respiro en el evento celebrado en la Plaza Venezuela de Caracas.
Entre banderas y pancartas que exhiben la imagen apuesta de Capriles, Mayra Ramos, de 28 años, se las ingenia para llegar hasta él y regalarle una estampa religiosa que le “guíe y ayude a ganar el 7 de octubre” a Chávez, que buscará un tercer mandato de seis años.
“Henrique, que el divino niño te cuide, tú vas a ser el próximo presidente”, le dice esta joven, esperanzada en que Capriles primero venza a los otros cuatro candidatos a las primarias, entre ellos el gobernador de Zulia (oeste), Pablo Pérez, segundo favorito según los sondeos.
Con una trayectoria prominente que le llevó a ser presidente de la extinta Cámara de Diputados, alcalde y desde 2008 gobernador, el candidato más joven a las primarias asegura que si llega al poder “gobernará para todos”, superando la polarización política en el país y las diferencias entre ricos y pobres.
“Unos quieren seguir dividiendo a los venezolanos confrontándolos, (pero) se trata de gobernar para todos poniendo el acento abajo (en los pobres)”, dice Capriles, confiado en que este mensaje de unidad le permitirá desafiar en las urnas a Chávez, a quien acusa de atizar un clima de polarización constante.
Capriles “es la única salida que tenemos para salir de este régimen autoritario, es un muchacho que viene haciendo política desde joven y le veo mucho futuro”, dice a la AFP Elías El Barreto, un comerciante informal que viaja en una de las camionetas de la caravana electoral.
“Le he hecho campaña desde que salió a la vida política, y ha hecho muchas casas en la urbanización donde vivo, cambió muchos ranchitos por casas buenas”, recuerda por su parte Vargas mientras trata de saludar al candidato.
Convencido en que inaugurará un “ciclo de progreso” en Venezuela con un modelo similar al de Brasil que se aparte del “estatista” de Chávez, Capriles promete resolver los principales problemas de los venezolanos, como el déficit de viviendas, la violencia o la tasa de inflación más alta de América Latina.
“No hay forma de que podamos progresar cuando el Estado quiere ser dueño de todo. El modelo brasilero es un ejemplo del camino que hay que seguir”, defiende este gobernador, soltero y en busca de su “primera dama”, según ha confesado.
“Claro que se puede derrotar a Chávez, tenemos un alto porcentaje de probabilidades de que vamos a derrotar este régimen”, confía El Barreto, mientras la caravana se vuelve a poner en marcha al son de la arenga “Se ve, se siente, Capriles presidente”.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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