La OTAN asegura haber aniquilado a los insurgentes islamistas, afiliados a los talibanes, que en la madrugada del pasado sábado abatieron un helicóptero Chinhook aliado, matando a 30 soldados norteamericanos (entre ellos 20 SEALS de la Marina), siete afganos y un intérprete. El martes, los cadáveres de los soldados norteamericanos llegaron a EE UU, y fueron recibidos en la base de Dover, en Pensilvania, por el propio presidente Barack Obama, en un acto a puerta cerrada.
"Fuerzas aliadas mataron a los líderes insurgentes Talibán que efectuaron el reciente ataque contra el helicóptero CH-47, con un ataque de precisión en el distrito de Chak, en la provincia de Wardak", asegura el comando unificado de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad de la OTAN en un comunicado. "El ataque acabó con el líder Talibán Mullah Mohibullah y el insurgente que efectuó el disparo relacionado con el derribo del CH-47 el seis de agosto".
Mohibullah era un asociado del líder talibán de Wardak, Dim Mohammad, a quien los aliados habían abatido en una operación previa. El ataque del sábado se centraba en Mohibullah y otros insurgentes de su red. Desde su enclave, a unos 80 kilómetros de Kabul, efectuaban recurrentes ataques contra esa capital, considerada hasta hace poco un área relativamente segura. Después del derribo del helicóptero, se canceló la misión. Hasta ese momento, los soldados de la OTAN habían matado a seis insurgentes.
Los aliados, sin embargo, aniquilaron a Mohibullah y a un número no revelado de asociados esta semana. "Mohibullah tenía a 12 insurgentes Talibán bajo su mando, entre ellos posibles terroristas suicidas", dijo el comando unificado en su comunicado. "Después de un rastreo exhaustivo, el grupo de Operaciones Especiales localizó a Mohibullah y al tirador [que derribó el CH-47] después de recibir información de inteligencia de residentes locales. Estaban intentando abandonar el país para evitar ser capturados".
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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