Los neoyorquinos pasaron la noche inquietos esperando encontrarse con el Armageddon al amanecer pero las temidas inundaciones que Irene podría haber dejado a su paso al llegar a Nueva York de momento están siendo muy leves. En estos momentos en Battery Park el agua del río Hudson se ha desbordado unos treinta centímetros y también ha empezado a inundar levemente el MeatPacking District, al oeste de la ciudad, aunque de momento el agua apenas ha avanzado tierra adentro.Su crecida coincide como se preveía con el punto álgido de la marea matutina, prevista para las ocho hora local. Además el Holland Túnel que une Manhattan con New Jersey también está sufriendo inundaciones. Pese a todo, la agencia Federal de Gestión de Emergencias FEMA se apresuró a anunciar vía Twitter: "Las cosas tienen mejor aspecto para Nueva York de lo que habíamos previsto" . Y es que el viernes se hablaba de hasta uno y dos metros de agua en las aceras de Manhattan y Brooklyn pero por suerte parece que la furia de Irene no ha sido tan violenta. De hecho, el Centro Nacional de Huracanes ha reducido la categoría del ciclón de 1 a tormenta tropical. Y el agua que ha entrado en el bajo Manhattan debería retirarse a medida que baja la marea.
Se prevé que esta tarde la lluvia y el viento alcanzarán su punto álgido, con rachas de hasta 90 kilómetros por hora, algo menos de lo que se anunciaba ayer. El centro del huracán roza desde las cuatro el barrio de Queens y el condado de Nassau, al nordeste de la isla de Manhattan. "Hasta mediodía no habrá pasado lo peor así que no se confíen y quédense en casa" alertó un alto funcionario del ayuntamiento por la mañana.
70.000 personas sin luz
En el área urbana de Nueva York los temidos desperfectos apenas se habían dejado sentir. Setenta mil personas se habían quedado sin luz, según informó la empresa eléctrica Con Edison, un número ínfimo teniendo en cuenta que la ciudad tiene ocho millones de habitantes.
No obstante en lo que se conoce como el Tri-State area, (los estados de Nueva York, Connecticut y New Jersey) los apagones alcanzaron durante la noche a más de 200.000 personas. En las calles de Manhattan corría el agua, azotaba el viento y se veían algunas ramas caídas pero a simple vista los daños eran mínimos teniendo en cuenta el dolor que puede causar un huracán.
El resto de la costa este estadounidense sigue en alerta. El alcalde de Boston ha ordenado este domingo el cierre del transporte público de la ciudad ante la inminente llegada de Irene.
La Casa Blanca ha convocado a los medios esta tarde para ofrecer una actualización sobre las medidas que han tomado de momento sus servicios de emergencia. 101.000 soldados de la Guardia Nacional siguen desplegados en toda la zona afectada por la tormenta. El presidente, Barack Obama, se ha desplazado al centro nacional de emergencias en Washington para seguir de cerca la evolución del huracán.
En su avance, tras dejar atrás ya Carolina del Norte, Irene ha obligado a la evacuación de dos millones de personas, hay tres millones sin electricidad, ocho fallecidos y numerosos destrozos materiales en varios estados.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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