Las tropas internacionales en Afganistán han confirmado hoy la muerte en un bombardeo de su aviación de un supuesto integrista implicado en el asalto talibán contra el hotel Intercontinental de Kabul, en el que murieron 21 personas. En un comunicado, la misión de la OTAN en el país ha anunciado el fallecimiento de Ismail Jan, un cabecilla de la red integrista Haqqani "sospechoso de haber proporcionado apoyo material en el ataque suicida" contra el hotel el pasado martes por la noche.
"Murió ayer en un bombardeo de precisión en el distrito de Gardiz, de la provincia de Paktiya (este). Ismail Jan era el número dos de líder de la red Haqqani en Afganistán, Haji Mali Khan", asegura el comunicado de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF).
De acuerdo con esa versión, en el bombardeo también perdieron la vida "varios" guerrilleros de la red, un grupo que tiene su base principal en las áreas tribales del oeste de Pakistán y considerado cercano al ideario y estrategia de la insurgencia talibán. Jan, según la ISAF, fue "responsable" del asalto suicida de un comando insurgente de este martes contra el lujoso hotel Intercontinental de Kabul, en el que murieron los nueve asaltantes y otras 12 personas, entre ellas un ciudadano español. "La red Haqqani, en coordinación con miembros del movimiento talibán, está detrás del ataque", ha consignado hoy la ISAF en un comunicado.
Dudas con las fuerzas afganas
El audaz ataque contra el Intercontinental ha contribuido a sembrar dudas sobre la capacidad de las fuerzas afganas, que deben asumir el control de la seguridad en Kabul y otras seis zonas afganas a partir del mes de julio. Según publica el diario estadounidenseThe New York Times, estas dudas son crecientes entre las autoridades afganas y los militares internacionales. En Afganistán hay desplegados en la actualidad unos 150.000 soldados extranjeros, que comenzarán a abandonar el país el mes que viene en un repliegue progresivo cuyo fin está previsto para el año 2014, que será cuando el Gobierno afgano asuma la seguridad del país.
La semana pasada, el presidente estadounidense, Barack Obama, anunció la retirada gradual de las tropas norteamericanas de Afganistán, algo más rápida que lo que quería el Pentágono, pero dejando sobre el terreno fuerzas suficientes para seguir combatiendo a los talibanes al menos un año más. 10.000 soldados saldrán de ese país este año y 23.000 más antes del final del verano de 2012. De esta forma, comenzará un proceso detransmisión del mando al Gobierno y el Ejército afgano, que a partir de 2014 serán los únicos responsables de su propia seguridad, aunque Estados Unidos podrá ciertas unidades especiales para perseguir a Al Qaeda.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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