NEUQUÉN.- "Estamos destrozados", atinó a decir hoy jueves el padre del bebé que murió junto a su joven madre de 20 años en la tragedia del avión de Sol Líneas Aéreas en la Patagonia argentina y que
cobró la vida a un total de 22 personas.
"Quiero viajar al lugar del accidente", rogó el hombre en el aeropuerto de la ciudad de Comodoro Rivadavia, en la provincia de Chubut, destino final del vuelo que había partido de la ciudad de Córdoba y había hecho escalas en Mendoza y Neuquén.
En esta última localidad había subido al avión Carina Mansilla y su bebé Santiago Benjamín Sloper, de 10 meses. "Ella no iba a volar, pero se venía en avión porque Benja estaba con broncoespasmos", relató su tía, Viviana.
Una mujer que esperaba a su novio, con quien se iba a casar en poco tiempo, entró en crisis al conocer la noticia. Oriunda de otra provincia, estaba sola en Comodoro Rivadavia y debió ser consolada por empleados del banco donde su novio era gerente, relataron los trabajadores del aeropuerto.
La tragedia también afectó a una familia que ya había vivido una pérdida dolorosa, ya que en el accidente murió un geólogo y profesor universitario, cuyo hijo fue hallado hace dos años decapitado en la norteña provincia de Catamarca.
Luego de unas horas de tensa espera, la empresa Sol informó en la madrugada a los familiares que aguardaban en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia que no había habido sobrevivientes en el accidente. Recibieron la asistencia de 15 psicólogos, que decidieron apagar las televisiones y radios.
Un procedimiento similar se llevó a cabo en los otros aeropuertos donde ascendieron pasajeros, Córdoba, Mendoza y Neuquén.
El avión se estrelló en la noche del miércoles en un paraje deshabitado de la localidad de Prahuaniyeu, cerca de la ciudad de Los Menucos, en la meseta patagónica y unos 300 kilómetros al este de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Murieron sus 19 pasajeros y tres tripulantes.
La tripulación constaba de "pilotos con experiencia, muy meticulosos y en plena capacidad de sus actos y con sus habilitaciones todas al día", remarcó el vicepresidente de la empresa Sol Líneas Aéreas, Juan Nifeneger.
"Si las cosas no estaban en orden, mi hermano jamás hubiera levantado una rueda del avión", aseguró Víctor, hermano del piloto Juan Raffo. No creo que haya sido un problema por un exceso de horas de vuelo", aseveró.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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