Estados Unidos, el principal contribuyente al Fondo Monetario Internacional (FMI), se ha pronunciado por primera vez sobre la continuidad de Dominique Strauss-Kahn al frente de la institución. El francés, en prisión sin fianza acusado de intento de violación,"obviamente no está en posición de encabezar el FMI", según ha declarado el secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, por lo que "es importante que el Comité Ejecutivo" de la institución "nombre formalmente a alguien de manera interina para que actúe como director gerente". Las palabras de Geithner de anoche (madrugada en España) suponen la puntilla al hasta hace poco favorito a la presidencia de Francia, y se suman a las presiones que durante el día de ayer llegaron desde Europa y los países emergentes para que dimita.
"Están sucediendo muchas cosas en el mundo, y uno quiere que el FMI tenga la capacidad de ser de ayuda. Y estoy confiado en que lo será", ha dicho el secretario del Tesoro de EE UU a la salida de una charla que en Nueva York, sin añadir más comentarios. Por el momento, el organismo multilateral con sede en Washington indicó que el número dos, el estadounidense John Lipsky, asumiría la dirección interina como parte de su protocolo de funcionamiento. Sin embargo, no se ha nombrado formalmente ningún jefe interino, y de hecho, Lipsky anunció la semana pasada, antes de que estallara el escándalo, que dejaría su puesto en agosto.
El Comité Ejecutivo del Fondo, que no ha contactado con Strauss-Kahn desde su detención el domingo, tiene previsto hacerlo "a su debido tiempo", según el portavoz del organismo, William Murray. Dos de sus miembros, bajo condición de anonimato, han asegurado que el comité le preguntará si planea continuar en su puesto, según Reuters. Uno de ellos opina que sería ideal que el director gerente del FMI dimitiera, mientras que el segundo ha explicado que este sentimiento no es unánime entre los 24 miembros del comité, que es quien tiene la autoridad para destituir al francés de su puesto.
La vicepresidenta y ministra de Economía y Finanzas española, Elena Salgado, y su homóloga austriaca, Maria Fekter, fueron ayer las más directas a la hora de pedir al director del Fondo que considere dejar el cargo. "Hay que confiar en que en este caso al menos Strauss-Kahn utilice su mejor criterio. En otros no parece que lo haya hecho", dijo Salgado, que dijo que se trataba de acusaciones de "extrema gravedad". "Una vez que le ha sido denegada la fianza, debería darse cuenta de que está dañando a la institución", aseveró por su parte Fekter. Otra media docena de políticos europeos utilizaron un tono parecido, quizá algo más rebajado.
La crisis en la institución ha desatado el pulso por la sucesión de Strauss-Kahn, y ha reabierto el debate entre los emergentes, encabezados por China y Brasil, que sugieren que se revise la regla no escrita de que el número uno del Fondo sea un europeo
La ministra francesa Christine Lagarde es la mejor colocada para sustituir a Strauss-Kahn. Aunque el presidente francés, Nicolas Sarkozy, no se ha pronunciado directamente sobre la situación de su posible rival en las próximas presidenciales francesas, y solo ha dicho que el Partido Socialista ha "perdido la batalla de la moral", Jean-François Copé, el jefe de su formación, la UMP, ha declarado hoy que la cuestión de la sucesión debe "resolverse en los próximos días".
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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