A riesgo de que podais considerar que me estoy afiliando a una suerte de defensa al sexo que se expende como mercancia, en establecimientos abiertos o encubiertos, como refiere la nota que ha colgado aquí Johnny Arrendel, considero ocioso que con tantos problemas en el país dominicano, una comunicadora de tanto fuste como lo es la señora Alicia Ortega, se dedique a trasegar un reportaje que pretende enmarcarse y hacdrse pasar como parte de una campaña de adecentamiento social.
Pero viendo las cosas desde una optica más abierta, exenta de prejuicios morales y sociales, debemos admitir que la practica del sexo, aún sea bajo el esquema de pago por el servicio, viene a resolver un problema de urgencias personales, que de otro modo se quedarían reprimidas, o quizas buscando cauce para el desahogo, con procedimientos que si pudieran ser perniciosos y dañinos, vale.
Os aseguro que sería preferible que un hombre o mujer encuentre en un ciber sex el lugar para dar riendas sueltas al desahogo de sus impulsos, y no que ese mismo ser angustiado, agobiado por limitaciones e impedimentos impuestos por pretendidos preceptos morales y reglas sociales, busque canalizar los mismos ocasionando daño.
Siempre he dicho que es mejor que haya una puta dispuesta a resolver la urgencia sexual de los que buscan en ella desahogo, que a falta de alguien que le abra las dos piernas, un cabrón se sienta tentado, o impulsado, a darle riendas sueltas a sus instintos tomando como presa a una niña o mujer a la fuerza, como suele ocurrir en algunos casos.
Pienso por un lado que los moteles son un mal necesario, pues de lo contrario, de no ofrecer sus apreciados servicios, tendríamos a mucha gente fornicando en las calles, en los parques, en los callejones y los patios.
Por tanto considero absurdas las actitudes a ultranzas que con que se manejan las comunicadoras Alicia Ortega y Nuria Piera, en contra de los llamados centros de masajes, casas de putas y de los nuevos servicios en los "ciber sex".
Todas esos lugares son hace tiempo admitidos y permitidos en las ciudades modernas, al punto de que en algunas de ellas hay zonas de tolerancia, donde las prostitutas pueden ejercer como profesionales del sexo, sin ningun tipo restricción, persecución policial, ni cámaras secretas "metiches", como las que utiliza para sus reportajes la señora Ortega, y que a veces se convierte en un instrumento de agresión y de invasión a la privacidad de la Santa Teresa de Calcuta en que se ha trasmutado la venerable Nuria Piera.
El deseo de sensacionalismo y de llamar la atención a como de lugar, es lo que lleva a Nuria y Alicia a cometer excesos en el afan de competencia de sus producciones televisivas, lo cual os hace operar como si fueseis las juezas de un tribunal moderno de la Santa Inquisición.
Sus icontrolables excesos a veces rayan en el abuso, como se pudo verificar en la ocasión en que Nuria realizó un reportaje en contra de las llamadas "call girl", o "chicas beepers"
Usando un señuelo realizaron una llamada telefónica requiriendo un servicio sexual a domicilio a una chica que trabaja como "escort", con la cual acordaron un encuentro hogareño.
Todo ello para tenderle una emboscada con una cámara oculta para grabarle mientras llegaba en una taxi a la casa donde debía dar el cutre servicio.
Camuflajeada en una pretendida acción moralizadora en contra del ejercicio del más viejo oficio que conoce la humanidad, la señora Piera, de manera impúdica y repudiable, expuso a una chava de manera innecesario al escarnio público.
Una muchacha a la que probablemente sus familiares y amigos tenían como seria en su casa. Para nadie es un secreto que muchas chicas universitarias sustentan sus estudios ofreciendo servicios "especiales", de manera privada, sin transgredir preceptos ni violentar normas y reglas sociales.
Joder!. Quién le ha dado derecho a la señora Piera para erigirse en gendarme social, moral y hasta político de nuestra sociedad?. Creo que es un exceso que al parecer muy pocos se atreven a enfrentar, no se sabe que guisa de qué.
Las grabaciones ocultas, vale, y los demás recursos manejados por las señoras Piera y Ortega, hasta donde me han informado son ilegales, porque atentan contra leyes que protegen la privacidad y los derechos de la gente.
Más de una vez ambas se las han tenido que ver en los tribunales, pero aparentemente han encontrado la formula y hasta la llave, para no ser condenadas, pese a todas las pruebas de la gente ofendida, difamada y agraviada por ellas.
Al parece son las nuevas agentes 007 que tienen licencia para matar honras y reputaciones, parapetadas como están, detrás de una teatral labor de denuncia social,
(mateocarmen358@gmail.com)
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