Merkel quiere más poder de la UE en el control a los socios

Aunque se está tomando con calma la formación de un nuevo Gobierno de coalición con los socialdemócratas, la canciller alemana, Angela Merkel, quiere aprovechar el poder de consenso que le daría tal fórmula para avanzar en sus ambiciosos planes para crear una unión económica y trasladar a los socios el modelo germano de crecimiento. La canciller, que el lunes se reunió con el presidente de la Comisión Europea (CE), Jose Manuel Durao Barroso, quiere dar más poder a Bruselas para que vigile los presupuestos nacionales de los socios, su endeudamiento y competitividad, según señaló el semanario «Der Spiegel». Merkel quiere que la Comisión Europea tenga capacidad para acordar con cada país de la zona euro un plan para mejorar su competitividad y disciplina presupuestaria. Planes que estarían cuantificados y tendrían unos plazos de cumplimiento muy concretos. Y desea que, para mayor persuasión, la Comisión Europea tenga mayor poder de sanción contra los países que incumplan los pactos acordados. Como contrapartida, la canciller estaría dispuesta a reforzar los fondos europeos para afrontar crisis y rescates. Otra de las propuestas de Merkel es que el presidente del eurogrupo –el holandés Jeroen Dijsselbloem– se dedique en exclusiva a su cargo y tenga capacidad para avanzar en la armonización de las políticas fiscales europeas. El rabo por desollar Estos ambiciosos planes requerirían una reforma de los Tratados de la UE. Un proceso que es visto con reticencia por sus potenciales socios socialdemócratas e incluso por algunas personalidades de su propio partido . Y es que se teme que la reapertura de los Tratados sea aprovechada por el Reino Unido para renacionalizar otras políticas europeas. La Comisión Europea, sin embargo, aboga a favor de que todos estos planes esperen a después de las elecciones europeas que se celebrarán en mayo de 2014, pues se teme que puedan ser manipulados por los partidos euroescépticos, según añade «Der Spiegel». Así las cosas, hoy se inician formalmente las negociaciones entre los socialdemócratas del SPD y el partido de Merkel para la formación de un Gobierno de coalición que se quiere que esté en funciones para antes de Navidad. Las diferencias, que hace un par de meses parecían insalvables, hoy lo parecen bastante menos. La batalla en torno a la implantación de un salario mínimo interprofesional comienza a perder hierro después de que varios políticos del partido de Merkel se hayan manifestado a su favor. Otras cuestiones a discutir son la cuota femenina en el Gobierno, la equiparación de las pensiones en el Este y el Oeste del país, el derecho a doble nacionalidad, el matrimonio homosexual y el impuesto a las transacciones financieras, entre otras. Y por encima de todo, qué partido se hará cargo de la poderosa cartera de Finanzas, que hoy ocupa el democristiano Wolfgang Schauble, y a la que aspiran los socialdemócratas. Lissette Garcia RosasSinEspinas