Mientras los líderes de Francia, Alemania, Italia e incluso España muestran su indignación por las escuchas protagonizadas por los servicios de investigación estadounidenses, Reino Unido hace alarde de su relación privilegiada con Washington. Ni Londres ha sido víctima del espionaje que han sufrido otras capitales, ni quiere saber nada de ninguna entente europea que exija explicaciones a EE UU. "Tenemos servicios de inteligencia y los vamos a mantener. Criticaré a los que publican su trabajo porque eso ayuda a nuestros enemigos. Así de simple", ha dicho tajante el primer ministro británico, David Cameron.
"El señor Snowden [el analista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) que ha revelado las escuchas generalizadas] y algunos periódicos que lo publican van a hacer mucho más difícil mantener a nuestros países y a nuestra gente a salvo", ha señalado el líder conservador tras el fin de la cumbre europea en la que Alemania y Francia han sacado adelante una iniciativa que en los dos próximos meses debería restaurar la confianza que las dos capitales europeas tienen en el Gobierno estadounidense. Las revelaciones, en fin, "no ayudarán a hacer el mundo más seguro, sino más peligroso", ha resumido.
Cameron también se ha visto obligado a hablar de la posibilidad de que Reino Unido hubiera ayudado a EE UU para realizar escuchas a otro país miembro de la UE, Italia. "En el Consejo Europeo no hablamos de estas cosas", ha respondido cuando le han preguntado si ha comentado el asunto con el primer ministro italiano, Enrico Letta. "No comento los asuntos de los servicios de inteligencia. Todos los países los tenemos, pero no nos pronunciamos sobre ellos", ha añadido.
Pese a este claro alineamiento con el discurso de los estadounidenses, Cameron, como el resto de 27 líderes de la UE, estampó su firma en una declaración que mencionaba la "honda preocupación" de los europeos por las prácticas de los servicios de inteligencia americanos. Los jefes de Estado y de Gobierno señalan en el comunicado que el espionaje puede hacer que se pierda la confianza entre Europa y Washington, "lo que perjudicaría la necesaria colaboración en la recogida de inteligencia".
Las palabras de Cameron chocan con la interpretación que han hecho la mayoría de líderes europeos del escándalo. "Hemos enterrado juntos a nuestros soldados en Afganistán. No puede ser que nos tengamos que preocupar de que nuestros aliados nos espíen", había dicho en la madrugada del jueves al viernes la canciller alemana, Angela Merkel. "No se puede permitir", resumió el presidente francés, François Hollande.
Cameron dijo estar de acuerdo con la declaración conjunta realizada por los Veintiocho y aseguró que el jueves hubo muchas discusiones sobre el escándalo del espionaje en varios Estados miembros.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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