El presidente de Siria, Bachar El Asad, ha acusado a Israel de querer desestabilizar su país, en su primera comparecencia pública después de una incursión militar ocurrida el pasado miércoles, en la que la Fuerza Aérea israelí atacó un centro de investigación militar en Jamraya, en las afueras de Damasco. La guerra civil en Siria ha acorralado a El Asad en su bastión de Damasco, en una rebelión en la que han muerto ya 60.000 personas, según una estimación de Naciones Unidas.
“La agresión de Israel contra el centro de investigación de Jamariya demuestra la posición verdadera de Israel, que colabora con las fuerzas enemigas extranjeras y con facciones sobre el terreno sirio para tratar de desestabilizar y debilitar a Siria”, dijo El Asad en el contexto de una reunión mantenida con el secretario del Consejo Superior de Seguridad Nacional de Irán, Saeed Jalili, que se halla de visita en Damasco. El presidente sirio añadió que “responderá a cualquier agresión contra la ciudadanía siria”.
La televisión oficial de Siria, Al-Ikhbariya, mostró por primera vez imágenes de la zona atacada por Israel el miércoles. En ellas se mostraba un edificio destrozado, y vehículos calcinados. Fuentes de la inteligencia norteamericana consideran que el objetivo del ataque era en realidad un convoy cargado con armamento que se dirigía de Damasco a Líbano, en una posible transferencia de misiles a la milicia de Hezbolá, que, junto con Irán, es uno de los principales aliados de Asad en la zona.
Por su parte, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, reconoció hoy en una comparecencia en la Conferencia de Seguridad de Munich, en Alemania, la existencia del ataque, algo que hasta el momento no había hecho nadie en el Gobierno israelí. Barak advirtió además de que Israel no permitirá la transferencia de armas a Líbano. Hezbolá inició en 2006 una guerra contra Israel con el lanzamiento de misiles contra objetivos civiles y militares a través de la frontera.
“No puedo añadir nada a lo que ya han leído en los diarios sobre lo que sucedió en Siria hace unos días”, dijo Barak. “Pero lo que puedo decir, francamente, es que esa en una prueba más de que cuando prometemos algo, lo cumplimos. Y en el pasado hemos dicho que no nos parece permisible el transportar armas avanzadas a Líbano”.
Ante la volatilidad de la situación en Siria, y la heterogeneidad de los grupos opositores, entre los que se hallan milicias afines a Al Qaeda, Israel ha incrementado su seguridad en su frontera septentrional. Por ejemplo, ha trasladado al norte una batería de misiles del escudo de protección conocido como Cúpula de Hierro. La semana pasada, el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo a un grupo de legisladores norteamericanos que sus opciones respecto a Siria están “entre lo malo y lo peor”.
El jueves, tras el ataque, el Gobierno sirio presentó una queja formal por el ataque ante el general de división Iqbal Singha, jefe de la misión de paz de Naciones Unidas en los Altos del Golán, una zona ocupada por Israel en la guerra de 1967. El mismo día, el embajador de Siria a Líbano, Ali Abdul Karim Ali, dijo que su país se reserva el derecho a “tomar una decisión por sorpresa para responder”, incrementando la tensión entre los dos países vecinos.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
No comments:
Post a Comment