Después de que la guerrilla de las FARC anunciara que seguirá secuestrando policías y militares, la tensión en La Habana, donde acaba de iniciar la quinta ronda de conversaciones que buscan acabar con una guerra que ya cumple 50 años en Colombia, sigue subiendo.
Este jueves se conoció que tras fuertes operativos militares fueron puestos en libertad tres ingenieros, contratistas de la empresa Gran Terra Energy, que según las autoridades fueron secuestrados el miércoles por guerrilleros del Frente 49 de las FARC, en Piamonte, una localidad del departamento de Cauca, al sur de Colombia, donde se construye una plataforma de exploración petrolera.
Fue el conductor del vehículo donde se movilizaban los ingenieros quien alertó a las autoridades, las cuales se desplegaron por aire y tierra, logrando que los dejaran en libertad tras 24 horas de cautiverio. Se trata del topógrafo César Alberto Galeano y de los ingenieros Hember García y de Luis Miguel Figueroa.
Estos secuestros se dan seis días después de que fueran raptados los policías Víctor Alfonso González Ramírez y Cristián Camilo Yate Sánchez, en el departamento del Valle del Cauca, también al sur del país y de que se frustrara el secuestro de un ingeniero agrónomo que duró retenido cuatro horas por guerrilleros de la columna móvil Gabriel Galvis.
La guerrilla también ha sido golpeada fuertemente en las últimas horas. En una operación de la Policía y la Fuerza Aérea colombianas habrían muerto seis guerrilleros en el Nudo de Paramillo, un lugar ubicado entre los departamentos de Antioquia y Córdoba, al norte del país. Entre los guerrilleros abatidos se ha dicho que estaría 'Jacobo Arango', cuyo nombre real es Luis Carlos Durango, jefe del Frente 5 de las FARC.
El gobierno de Juan Manuel Santos ha condenado que las FARC reiteren que continuarán con la práctica del secuestro. El miércoles, Humberto de la Calle, jefe negociador del gobierno, en un duro pronunciamiento le exigió a la guerrilla que digan si realmente quieren la paz “para no hacerle perder el tiempo al Gobierno y a los colombianos”, algo que ha sido calificado como un ultimátum para el proceso de paz. Y este jueves, en La Habana, afirmó que lo que buscan las FARC con el secuestro es presionar un alto del fuego.
“Hay que advertir que las FARC buscan obligar al gobierno a un cese bilateral. El día en que se haga es cuando se firme la paz. La orden del gobierno sigue siendo la misma, perseguir a las FARC en todo el territorio nacional”, dijo De la Calle. A estas duras declaraciones se sumó el presidente Santos.
“Si las FARC creen que a través de los secuestros, que prometieron que no iban a realizar, van a tratar de presionar al Gobierno para aspirar a un cese al fuego dentro del proceso de diálogos, se equivocan, todo lo contrario”, aseguró el mandatario en un tono que evidencia la tensión que el anuncio de las FARC produjo en las negociaciones de paz.
Santos reiteró que continuarán las operaciones militares. “Que entiendan que si no avanzan en los diálogos, la Fuerza Militar va a combatirlos (…) Aquí no hay contemplación de ninguna naturaleza así estemos dialogando, los generales y todos saben que tienen que triplicar el número de acciones hasta que terminemos esta guerra por las buenas o por las malas, esperamos que sea por las buenas, pero si vemos que así no se puede, tendremos que hacerlo por las malas”, afirmó el mandatario.
La guerrilla también respondió desde La Habana. “No conviene al país que el Gobierno empiece a buscar, como se evidenció el miércoles en Bogotá, un florero de Llorente para romper la mesa”, dijo Iván Márquez, jefe negociador de las FARC. La expresión “florero de Llorente” se utiliza comúnmente en Colombia para referirse a un pretexto, que en este caso, sería para parar los diálogos de paz que ya completan cinco meses.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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