Home » noticias » El exsecretario del Partido Comunista en Chonqqing tejió una amplia red de escuchas telefónicas, de acuerdo con el diario
Cada día que pasa, aparecen nuevos cabos en el ovillo del mayor escándalo político que ha sacudido Pekín desde los enfrentamientos internos en el Partido Comunista Chino (PCCh) durante las manifestaciones de Tiananmen en 1989. El recientemente defenestrado líder Bo Xilai tejió una amplia red de escuchas telefónicas en la municipalidad de Chongqing, que espió a los altos líderes del PCCh, incluido el presidente chino, Hu Jintao, según publica hoy el diario The New York Times.
La información da un nuevo giro al drama político desencadenado en las últimas semanas en torno a la caída del ambicioso y carismático exsecretario del partido en Chongqing, cuya entrada en el Comité Permanente del Politburó —actualmente integrado por nueve miembros— que saldrá del XVIII Congreso del PCCh en octubre se daba casi por segura hasta hace unas semanas. Bo fue destituido a mediados de marzo de su cargo en Chongqing y a principios de este mes fue expulsado del Politburó (25 miembros), bajo sospecha de estar implicado en “graves violaciones de disciplina”. El mismo día que fue anunciada su salida del Politburó, su esposa, Gu Kailai, fue declarada sospechosa del homicidio de un hombre de negocios británico que apareció muerto en Chongqing a mediados de noviembre pasado.
La versión oficial de la purga de Bo Xilai dada hasta ahora ha omitido la existencia de esta red de escuchas en Chongqing y cómo el líder del ala más izquierdista y conservadora del partido la empleó para saber qué comentaban de él los altos dirigentes que visitaban la municipalidad mientras él se labraba su camino hacia la cúpula del PCCh. “Las escuchas secretas, a las cuales previamente solo se había aludido en informes internos del Partido Comunista, parecen haber suministrado otra razón convincente a los líderes del partido para atacar a Bo”, escribe el diario neoyorquino.
The New York Times asegura que casi una docena de fuentes anónimas conectadas con el PCCh han confirmado la existencia y la amplitud de la red de espionaje telefónico. Los sistemas de escucha y también de control en Internet fueron desplegados por el máximo responsable entonces de la policía en Chongqing y mano derecha de Bo Xilai, Wang Lijun, con la ayuda, entre otros, de Fang Binxing, presidente de la Universidad de Correos y Telecomunicaciones de Pekín y llamado el padre del Gran Cortafuegos, el sistema de censura de Internet existente en China. El programa, iniciado para luchar contra la criminalidad y mantener la estabilidad social, fue más allá y fue empleado para pinchar los teléfonos de casi todos los altos políticos que visitaron la ciudad en los últimos años.
También cuenta el periódico cómo en agosto pasado, los equipos especiales de detección utilizados por los expertos del Gobierno central encontraron que una llamada realizada por Hu Jintao a una alta responsable de la lucha contra la corrupción de visita en Chongqing estaba siendo monitorizada. El diario explica que la línea telefónica terrestre de alta seguridad empleada por la ministra de Supervisión, Ma Wen, para hablar con Hu Jintao desde un complejo oficial para huéspedes en Chongqing fue pinchada por orden de Bo Xilai. El incidente desencadenó una investigación sobre Wang Lijun, que, según las fuentes del periódico, ayudó a la caída de Bo.
El escándalo político salió a la luz en febrero, después de que Wang Lijun, se refugiara en el consulado de Estados Unidos en la ciudad de Chengdu, antes de entregarse a un equipo de investigadores llegado de Pekín. Según algunas informaciones, Wang huía de Bo y durante su estancia en el consulado desveló algunos de los tejemanejes de su jefe, quien, según The New York Times, pretendió utilizar a Wang de cabeza de turco sobre la escucha a Hu. La tensión entre los dos hombres se agrió, en especial, después de que Bo descubriera que Wang le había espiado también a él y a su mujer, según el diario.
La prensa británica ha publicado que el empresario británico, Neil Heywood, fue envenenado porque amenazó con desvelar un plan de Gu Kailai para sacar de China una gran suma de dinero cuando Gu se negó a pagarle la elevada comisión que pedía dado el tamaño de la transacción.
Fuentes del PCCh afirmaron al periódico estadounidense que las escuchas llevadas a cabo por Bo Xilai fueron vistas en Pekín como un desafío directo a las autoridades centrales y una muestra de hasta dónde era capaz de ir el ambicioso político para hacerse con más poder. “Todo el mundo en China está mejorando sus sistemas (de vigilancia) con objeto de mantener la estabilidad. Pero no todo el mundo se atreve a monitorizar a los líderes centrales del partido”, señala una de las fuentes.
El último salpicado por el escándalo ha sido uno de los hermanos del dirigente purgado, Bo Xiyong, quien ha dimitido de su puesto de vicepresidente y director ejecutivo de China Everbright International, una compañía del sector del medioambiente con sede en Hong Kong, ligada a un conglomerado estatal chino.
El hijo de Bo Xilai, Bo Guagua, que estudia en Harvard, ha hecho pública una carta esta semana en la cual rechaza algunos hechos publicados en la prensa sobre su vida privada y sus excesos de niño rico.
La caída de Bo Xilai se enmarca en las luchas de poder entre las distintas facciones de cara al congreso del partido, que se celebra cada quinquenio y verá este año la llegada de una nueva generación de dirigentes, encabezada por el actual vicepresidente, Xi Jinping, y el viceprimer ministro Li Keqiang, quienes se prevé que ocupen a principios de 2013 la presidencia y la jefatura del Gobierno, respectivamente.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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