Los ministros de la Liga Árabe celebran hoy en El Cairo una reunión clave para el futuro de su misión en Siria. La organización estudia la posibilidad de pedir a la ONU que envíe expertos que asesoren a sus observadores. En un primer informe presentado esta mañana, estos constatan que la violencia continúa en este país y que las fuerzas del régimen siguen desplegadas en las ciudades.
La misión de la Liga Árabe, que llegó a Siria el 22 de diciembre para supervisar el cumplimiento del compromiso del régimen de Damasco de acabar con la represión, ha sido criticada por su incapacidad para poner fin a la violencia. Al menos 27 personas murieron el sábado, según la oposición, un día después de que un sospechoso atentado suicida dejara 26 muertos en la capital. La ONU afirma que las víctimas de la represión son ya más de 5.000.
Según dijeron a Efe fuentes diplomáticas árabes, el informe presentado esta mañana por los observadores recoge que hay vehículos del Ejército en la mayoría de las ciudades y afirman haber visto cadáveres en las calles, aunque la oposición y el Gobierno se acusan mutuamente de la autoría de los asesinatos.
Ha sido Qatar quien ha propuesto invitar a técnicos de la ONU y expertos en derechos humanos para que cooperen con los observadores de la Liga Árabe a la hora de determinar si el régimen de Bachar el Asad está deteniendo la represión.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los países miembros de la Liga Árabe también deliberarán sobre cómo conseguir que la misión continúe trabajando con una mayor independencia respecto a las autoridades.
Fuentes de la Liga Árabe han asegurado que es posible que la organización reafirme su apoyo a los observadores, a los que han llegado a calificar algunos sectores prodemocráticos sirios de "desdentados".
Por su parte, el Gobierno sirio ha insistido en que está proveyendo de todo aquello que los observadores necesitan y les ha instado a ser "objetivos y profesionales".
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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