New York, por, Lissette Garcia,
Y alabe yo a los finados los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven todavía. Y tuve por más feliz que unos y otros al que no ha sido aun, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se hacen.
He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu. No es hermoso y a la vez triste leer estas sabias palabras, que aunque paradójicamente se mescle la sabiduría con la que Salomón describe la realidad cotidiana que vivimos y la tristeza de entender que somos nada, solo individuos llenos de malicias y ambiciones, que no nos llevaran a ningún lado provechoso, pues venimos del padre, pero iremos todos al Seol.
Solo se mencionan a dos personas en toda la palabra sagrada que no conocieron la muerte y fueron Enoc y el profeta Elías, de Enoc dice la palabra y camino Enoc con Dios, de Elías, dice que ascendió al cielo en un carruaje de fuego rodeado de Ángeles.
Hoy dia vemos como se demuestran claramente las sabias palabras del Rey Salomón, como cada amanecer se convierte en un gris renacer de maldad y envidia, como solo se vive para beneficios personales y no para edificar las relaciones entre hermanos, como unos se consideran mejores que otros y manipulan al más débil, olvidando que como dice el Sabio Salomón no quedara memoria del hacedor de maldad, porque aquí somos aves de paso y como llega la noche después de un dia lleno de sol, de la misma manera llegara el momento de partida.
Tampoco nunca he visto irse de este mundo a ningún ser humano sin que haya pagado, con precio justo todo aquello que debe, y aun mas lejos me iré, el necio mientras celebra que ha derrotado al pobre, no imagina que su momento se aproxima y que Dios tiene un libro donde sus anotaciones, son inalterables y justas, estas dispuesto a enfrentar ese momento frente al gran justiciero, espero que sí y de igual manera yo le pido que no me falte y si desvió la mirada me vuelva al camino.
Hasta nuestra próxima reflexión.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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