New York, por Lissette García, (Reflexión).
Los acontecimientos que han venido sucediendo, desde hace un tiempo, no muy corto nos ponen ante un dilema y una angustia, sin precedentes, pues para nosotros que estamos ya sumamente acostumbrados a un ritmo de vida, el cual muchos nos negamos a renunciar a ella, pues sería como morir, pero que pasa si en realidad vemos mas allá de nuestras narices y nos dedicamos a aprender, si porque aprender vale mucho y cuesta poco.
Aprendamos y eduquemos no, pues es que acaso vamos a dejar que llegado el momento, estemos tan fuera de control que ya no haya remedio para nosotros, acaso somos tan ciegos que viendo todo lo que está aconteciendo a nuestro alrededor, nuestro discernimiento este completamente entumido, que nos vamos todos directo al desfiladero, como corderos directo al matadero, hoy esta reflexión será basada, tanto en los hecho más recientes, como en aquellos que aún están por venir; vayamos directo a la palabra Sagrada, la Biblia que en el libro de San Lucas capitulo 21 versículos, 25 y 26 dice de la siguiente manera; entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las muchas gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas. Desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.
Aquí claramente le está diciendo Cristo a Lucas los acontecimientos que se verán para los últimos días, y no obstante, Jesús siempre trato de hacer las advertencias de todas las maneras posibles, directas, y hasta en varias parábolas que podemos encontrar, en la Biblia, como esta en el mismo capítulo de San Lucas versículos del 29-33: Mirad de la higuera y todos los arboles. Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que ya el verano esta cerca. Así también vosotros cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de Dios. De cierto os digo, que no pasara esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran.
Que podemos aprender de la parábola de la higuera, mucho pero para esto debemos en realidad querer hacerlo, pues muchos de boca hablan, mas su corazón está muerto, por causa de la ambición, y porque aunque nos neguemos a aceptar la realidad, nos hemos apegado a todo lo material, creyendo que el dia de nuestra partida habremos de llevarnos algo; pero como decía el Rey Salomón vanidad de vanidades todo es vanidad. Nadie sabe la hora que han de venir por él, trata de preocuparte más por tu relación, con tus semejantes, y con Dios, pues esto sí que es un gran galardón.
Acabamos de ser testigos del terremoto en Japón, también hace unos días fue registrado por la Nasa, un movimiento del sol, donde lanza llamaradas hacia la tierra y se espera que esto aumente y llegue a afectar, no solo los sistemas tan sofisticados de los cuales se ufana tanto el hombre, sino que también, corremos el peligro de que sea tan fuerte que los sistemas eléctricos serán carbonizados y que incluso los aviones no puedan volar, quedando completamente indefensos y a oscuras, no les suena esto familiar, pues de esto también habla la palabra e incluso hace referencia de que el sol, primero quemara y después, que la luna y el sol se negaran, quedando completamente a oscuras. No continuo, pues no terminaría, pero si te digo, por favor, estudia un poco la palabra y tratemos de mejorar como, seres humanos, pues esto, escrito esta y nadie puede cambiarlo, pero si tenemos el deber, de ser más cuidadosos y mas hermanos. Hasta la próxima semana.
Lissette García
RosasSinEspinas
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