MÉXICO, D.F. — Al menos 195 armas de alto poder introducidas a México a través del programa "Rápido y Furioso" fueron localizadas en 10 estados del país impactados por la violencia relacionada al crimen organizado, documentó el Departamento de Justicia estadounidense en un mapa sobre el tema en poder de La Opinión.
A detalle del informe del operativo encubierto que permitió la venta del armamento a posibles traficantes para luego rastrear si terminaban en manos de los cárteles, la mayoría de estas armas de fuego recuperadas se encontraban en Baja California (74).
El documento no registra a la supuesta arma con que habrían asesinado al agente del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), Jaime Zapata, asesinado presuntamente por una célula de los narcotraficantes, sicarios y extorsionadores Zetas en San Luis Potosí.
El mismo mapa revela que a la par de los hallazgos en México de lado norteamericano se rastrearon 372 de estas armas; de las cuales, casi todas en el estado de Arizona – principalmente en Phoenix- a excepción de 62 que se encontraron en El Paso y 57 en San Antonio, ciudades texanas.
"Lo que interpretamos es que todo se quedó en su frontera", dijo Alejandro González Alcocer, ex gobernador de Baja California, la entidad a la que leel mapa ubica el más amplio porcentaje de rastreos en territorio mexicano.
"Se están dando cuenta de que el tráfico de drogas y armamento no se va a acabar, nada más está dando vueltas entre los dos países".
La Procuraduría General de la República (PGR) negó en un comunicado que México autorizara operaciones encubiertas que "que atenten contra la seguridad nacional", pero reconoció que envió agentes a EE.UU. para presenciar detenciones asociados a "Rápido y Furioso" que lideró la Oficina de Control de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos (ATF).
La embajada norteamericana señaló el jueves que México tenía conocimiento del proyecto, aunque hasta ayer puntualizó que se refería a las operaciones encubiertas en territorio norteamericano. Lo cierto es que el Departamento de Justicia, a través de la División de Inspecciones, había pedido a ATF una mayor colaboración e intercambio de información con el Centro Nacional de Planeación e Inteligencia (Cenapi), dependiente de la PGR.
Así lo solicitó en una auditoria al programa de colaboración México- EE.UU. "Gunrunner", creado en 2008 para rastrear armamento decomisado por las autoridades mexicanas.
"Proporcione antes del 15 de febrero de 2011 una lista de las reuniones celebradas entre el 31 de octubre de 2010 y 31 de enero de 2011, así como copias de las agendas de la reunión, una lista de los asistentes a cada encuentro, y una descripción de la información intercambiada", ordenó.
La revisión al programa Gunrunner había concluido que éste era "un fracaso" porque a partir de su implementación el rastreo de armamento decayó en lugar de mejorar.
Un informe de junio de 2009 estimaba que sólo el 6% de las armas decomisadas eran reportadas por la PGR a ATF para su rastreo a pesar de que EE.UU. proveyó a personal mexicano 10 laptops y entrenamiento especial. Los agentes de ATF asignados a México reportaron que incluso muchas veces ellos tenían que ir a la escena de los aseguramientos para documentar el número de serie del arma, sin el cual no se puede determinar el origen.
"Si ATF o CENAPI no recoge la información rápidamente, el arma se vuelve inalcanzable", concluían los agentes.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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