El tiroteo perpetrado hoy en un centro comercial al norte de Washington, en el que han muerto tres personas, es el último de la larga lista de sucesos de este tipo registrados en Estados Unidos en apenas un mes, sobre todo en centros educativos.
El escenario de este último incidente con armas de fuego en EEUU ha sido un centro comercial de la localidad de Columbia (Maryland), entre Washington y Baltimore.
Según la Policía del condado de Howard, los disparos se produjeron a las 11.15 hora local (18.15 GMT), en una tienda de artículos para patinaje y nieve, llamada Zumiez, localizada en la segunda planta del centro comercial.
El tiroteo dejó tres muertos, entre ellos el presunto autor de los disparos, quien, al parecer, se quitó la vida y cerca de cuyo cadáver fue hallada una escopeta y munición.
Cinco personas resultaron heridas en el tiroteo y fueron atendidas en un hospital cercano, dijo la fuente.
Las autoridades no han facilitado la identidad del sospechoso y han detallado que los otros dos muertos, un hombre y una mujer menores de 30 años, eran empleados de la tienda en la que se registró el tiroteo.
Las primeras hipótesis, según fuentes citadas por las cadenas CNN y ABC, apuntan a una posible disputa doméstica, que involucró a un hombre, su exmujer y el novio de ésta, aunque el jefe de la Policía de Howard, William McMahon, dijo a los periodistas que los motivos del tiroteo aún se desconocen.
El centro comercial ya ha sido evacuado totalmente y permanecerá cerrado al menos durante todo el día. Esta semana se han registrado dos tiroteos en universidades de EEUU, en los estados de Indiana y Carolina del Sur, en los que han muerto dos personas.
Precisamente hoy, un joven de 19 años fue detenido y acusado del asesinato de otro joven de 20 años durante el tiroteo registrado el viernes en la Universidad Estatal de Carolina del Sur.
Además, el pasado miércoles las autoridades cerraron parcialmente la Universidad de Oklahoma por otra alarma de tiroteo, aunque finalmente se confirmó que se trató de una falsa alarma.
Lamentablemente no han sido incidentes aislados, ya que el 15 de enero un estudiante de 12 años, víctima aparentemente de acoso escolar, disparó a dos de sus compañeros, a uno de los cuales causó heridas muy graves, en un instituto de Roswell (Nuevo México).
Solo dos días antes una persona murió y otra resultó herida en un tiroteo en un cine de Tampa, en la costa oeste de Florida.
En diciembre, poco antes de las vacaciones navideñas, un alumno de la escuela secundaria de Arapahoe (Colorado) disparó a una compañera, que murió días después, y luego se suicidó.
Maryland, el estado donde se produjo el tiroteo de hoy, tiene una de las legislaciones más restrictivas del país en cuanto a la posesión de armas de fuego, con normas aprobadas a raíz de la masacre de 20 niños y seis adultos en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut) de diciembre de 2012.
El presidente de EEUU, Barack Obama, se comprometió tras esa matanza a impulsar a nivel nacional un mayor control de las armas de fuego, algo que no ha prosperado en el Congreso.
En abril pasado, una enmienda bipartidista sobre la verificación de antecedentes de los compradores de armas no obtuvo en el pleno del Senado el mínimo de 60 votos necesario para continuar su tramitación.
Las propuestas para prohibir las armas semiautomáticas de tipo militar y los cargadores de municiones de gran capacidad, ambas respaldadas por el presidente, tampoco han logrado el apoyo necesario entre los legisladores.
La renovación por diez años de la prohibición de las armas de fuego que no reconocen los detectores de metales, aprobada por el Congreso en diciembre pasado, fue la única iniciativa federal destacada en 2013.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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