Al día siguiente de anunciar su renuncia al papado, el Vaticano empieza a aclarar el papel de Benedicto XVI en los próximos días y una vez que abandone el puesto, al tiempo que analiza las causas de una decisión que cogió a la curia por sorpresa. El Papa mantendrá su agenda hasta su renuncia, el próximo 28 de febrero a las ocho de la tarde. El día antes, de abandonar el pontificado, día 27 a las cinco de la tarde, se despedirá de los fieles en una audiencia en la plaza de San Pedro, según ha anunciado este martes el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. Será el último acto de su Pontificado.
“La última audiencia general será el 27 de febrero en la plaza de San Pedro, porque habrá mucha gente”, y de esa forma Benedicto XVI podrá saludar a la masiva afluencia de fieles prevista, ha dicho el portavoz.
El Pontífice celebrará este miércoles la penúltima audiencia general, y por la tarde, presidirá el tradicional rito del miércoles de ceniza con la procesión penitencial, la Santa Misa, la bendición y la imposición de las cenizas, aunque a diferencia de años pasados, se celebrará en la Basílica de San Pedro y no en la iglesia de San Anselmo y en la Basílica de Santa Sabina en la colina del Aventino de Roma, por la previsible asistencia de más fieles.
El Papa mantiene además la recepción prevista para el sábado 16 con el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina.
Lombardi explicó también a la prensa que el Papa, de 85 años, lleva instalado un marcapasos desde hace tiempo, pero que no tiene mala salud y que ha estado lúcido y sereno en la decisión de renunciar.
El padre Lombardi detalló que las baterías del marcapasos fueron cambiadas hace tres meses en una operación rutinaria y menor. El portavoz descartó que esta circunstancia tuviera ninguna influencia en la trascendental decisión del Papa, el primero en renunciar desde hace seis siglos, que en su declaración del lunes ante la curia dijo que no se sentía con fuerzas para “ejercer bien el ministerio” que le había sido encomendado.
“No tuvo influencia en la decisión, las razones están en su percepción de que su fuerza había disminuido con su avanzada edad”, ha dicho Lombardi. "El Papa siente que es su respuesta a la voluntad de Dios, la conclusión de una reflexión profunda de su conciencia", y "no es un resultado de ningún evento particular", subrayó.
El diario italiano Il Sole 24 Ore informó hoy de que la intervención se practicó en la clínica Pío XI, propiedad del Vaticano, por el cirujano Luigi Chiareiello, director de la cátedra de Medicina de la Universidad Romana de Tor Vergata. Chiariello, que vigila la salud del Papa desde hace diez años, cuando le colocó el primer marcapasos, ha evitado hacer declaraciones al respecto.
"No tendrá ninguna responsabilidad"
Ante la situación inaudita de que coexistan un exPapa vivo y otro en ejercicio, el portavoz insistió en que Joseph Ratzinger no tendrá ningún papel oficial."El Papa ha dicho en su declaración que empleará el tiempo en el rezo y la reflexión y no tendrá ninguna responsabilidad en el liderazgo de la Iglesia o cualquier responsabilidad administrativa o de gobierno. Esto está absolutamente claro, y es el sentido de su renuncia", ha dicho Lombardi.
El director del Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian, ha explicado hoy que el papa Benedicto XVI tomó su decisión de renunciar el pasado mes de abril, tras el viaje que hizo a México y Cuba, y antes del escándalo de las filtraciones en el Vaticano, y que escribió su renuncia de su puño y letra.
En una entrevista en TV-3, el director del diario oficial del Vaticano ha revelado: "Hace mucho tiempo que el Santo Padre tomó la decisión. Sus colaboradores más estrechos lo sabían y han mantenido una reserva total sobre ello". "Esto demuestra que, aunque el escándalo [de las filtraciones] fue horrible, en general, en la Santa Sede hay responsables serios y fiables". Según el director del rotativo, el Papa regresó "muy contento" de su viaje a América, "pero también muy cansado", y que allí "entendió que sus fuerzas iban disminuyendo".
El cardenal colombiano Darío Castrillón asegura saber que "está sufriendo". En declaraciones al periódico colombiano El Tiempo, Castrillón, explica que colaboró con el entonces cardenal Joseph Ratzinger, en el compendio del catecismo de la Iglesia. Así, ha descrito al actual Papa como una persona "muy noble, humilde y dulce".
En relación con el sufrimiento del Sumo Pontífice, el cardenal colombiano ha señalado que "le ha tocado enfrentar la crítica masificada a través de las redes sociales y los blogs". De hecho, indica que Benedicto XVI abrió su cuenta en Twitter para enfrentar esta situación.
El Anillo del Pescador será destruido
Entre otros detalles, Lombardi ha avanzado este martes por la mañana que el Anillo del Pescador, que simboliza el poder pontificio y lleva el Papa, será destruido probablemente tras el 28 de febrero, día de la renuncia al papado de Benedicto XVI.
El anillo del Papa se destruye cuando muere el Pontífice, pero en esta ocasión, señaló Lombardi, la situación es diferente, "inédita", ya que el Papa sigue vivo y expertos vaticanos están estudiando la normativa.
Lombardi subrayó, no obstante, que los objetos relacionados directamente con el ministerio petrino "tienen que ser destruidos". Hasta ahora, tras la muerte de un papa, el cardenal camarlengo, que gestiona la Iglesia durante el interregno entre un Pontífice y el sucesor, es el encargado de verificar la muerte y de retirarle del dedo el Anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio, que es la señal de que el reinado ha concluido.
El anillo es inmediatamente machacado para evitar cualquier eventual falsificación de documentos pontificios.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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