El presidente Barack Obama pronunciará su primer discurso del estado de la Unión de su nuevo mandato el martes por la noche ante un recalcitrante Congreso y una nación que vive difíciles tiempos económicos. Tras su discurso en la ceremonia de investidura del pasado enero, donde abrazó las reivindicaciones del ala más progresista del país, el presidente expondrá hoy su agenda para los próximos cuatro años, centrada en la creación de empleo y en sacar adelante la reforma migratoria.
Poco pueden hacer los discursos del estado de la Unión para cambiar la opinión pública en tiempos de fuerte polarización política, pero son un momento fundamental para exponer los puntos básicos de lo que está por venir. En este discurso regresarán a un primer plano políticas relacionadas con el control de las armas –en su tercer discurso, el de 2011, Obama llamó a la unidad después de que los republicanos se hicieran con la Cámara y el atentado contra la congresista Gabrielle Giffords-; el cambio climático; la reducción de los arsenales nucleares y las prioridades en política exterior.
La recuperación económica
El presidente empleará su discurso para reivindicar medidas que ya defendió durante su primer mandato -muchas de ellas chocaron con la mayoría republicana en la Cámara de Representantes- y también durante la campaña electoral de 2012. Entonces, Obama se presentó como el candidato más favorable para la clase media. Según fuentes consultadas por diversos medios estadounidenses, este martes incidirá en que sólo una clase media reforzada contribuirá a la recuperación económica.
En economía, Obama propondrá medidas que van desde la inversión de fondos públicos en infraestructuras hasta la lucha contra el desempleo. “Su mensaje es que somos fuertes y avanzamos en la dirección correcta”, declaró Nancy-Ann DeParle, antigua asistente del jefe de gabinete del presidente, a The New York Times. “La economía está mejorando, pero queda trabajo por hacer para asegurar que todos los estadounidenses se benefician”.
El presidente podría aumentar además la presión sobre los representantes republicanos, responsables de una dura oposición en la Cámara a las medidas propuestas por la Casa Blanca en materia económica. Obama insistirá en la necesidad de un acuerdo que evite la llegada inminente de nuevos recortes al gasto público -valorados en 1,2 billones de dólares-, el aumento del techo de deuda, así como nuevos impuestos que equiparen las condiciones para todos los estadounidenses. En un discurso el pasado viernes, el mandatario acusó a los republicanos de permitir que la clase media sufra los recortes mientras “evitan impedir cualquier truco en el sistema de impuestos para beneficiar a los más ricos”.
Inmigración
La recuperación económica, argumentará Obama, también depende en parte de otra de sus iniciativas para este primer mandato: la reforma del sistema de inmigración. El presidente ha argumentado, en su defensa del nuevo sistema migratorio, que éste debe garantizar la llegada de los mejores profesionales de todo el mundo, así como evitar que emigren los que ya han pasado por las universidades estadounidenses.
Obama asegura que la reforma migratoria debe incluir la regularización de 11 millones de indocumentados que se estima residen en el país sin permiso. Esto contribuirá a una mayor recaudación de impuestos, además de garantizar a empresas de diversos sectores que pueden contar con la mano de obra que necesitan para consolidar sus negocios.
Medioambiente
Se da por hecho que mañana, Obama precisará, por fin, su agenda para combatir el cambio climático en los próximos cuatro años. Algunos asesores de la Casa Blanca han asegurado que, en sintonía con el marcado carácter económico de su discurso, el mandatario hará hincapié en las oportunidades de negocio y en los beneficios para la creación de empleo que provoca la regulación medioambiental.
Los defensores del medioambiente esperan de Obama que anuncie medidas concretas que autoricen a la Agencia de Medioambiente de EE UU (EPA) a desarrollar una política climática más agresiva para proteger el medio ambiente. La legislación medioambiental en Washington se encuentra actualmente en una vía muerta. La norma que regula los límites de emisión de gases de efecto invernadero lleva atascada en el Senado desde 2010; la ley de Energía Limpia y Seguridad, impulsada por Obama en 2009, ni siquiera ha llegado a la cámara Alta, pese a tener mayoría Demócrata. El estancamiento en el Congreso de la legislación sobre cambio climático hace pensar que el presidente pueda decantarse por firmar medidas ejecutivas para desarrollar su política energética y de medio ambiente.
La regulación de las armas
En cuanto al control de armas, el presidente ha impulsado una ambiciosa ofensiva tras la matanza de Newtown para reducir la violencia, que contempla, entre otras medidas, prohibir la venta de las armas de asalto, limitar a 10 balas el número de proyectiles de los cargadores y extender el control de antecedentes a cualquier tipo de transacción de armas de fuego, tres iniciativas que requieren de un acuerdo en el Congreso que no parece factible a corto y medio plazo.
La Asociación Nacional del Rifle –que ha financiado buena parte de las campaña de republicanos y demócratas- se ha opuesto frontalmente a la propuesta de la Casa Blanca. En las últimas semanas, Obama ha instado a los representantes políticos a que traten de paliar sus diferencias y lleguen a un acuerdo para reforzar el control de armas, una petición que volverá a repetir en su discurso del martes ante un auditorio en el que habrá familiares de víctimas por arma de fuego que han sido invitados por varios miembros del Congreso.
Energía nuclear
Sin entrar en cifras, Obama propondrá también una importante reducción del arsenal nuclear de Estados Unidos en todo el mundo, según informó la noche del domingo The New York Times. Citando a responsables de la administración que requirieron anonimato, el diario indica que el presidente Obama se puso de acuerdo estos últimos meses con la jerarquía militar sobre la posibilidad de reducir un tercio el arsenal estadounidense. Estados Unidos posee actualmente unas 1.700 armas nucleares. Según el tratado firmado con Rusia en 2010 de cara a reducir el armamento nuclear de los dos países, se han comprometidos a dejarlas en 1.550 antes de 2018. Obama cree que se puede ajustar aún más –ahorrando grandes cantidades de dinero- sin comprometer la seguridad nacional.
Política exterior
Obama prometió “coraje” para resolver a través de la diplomacia los conflictos con otros países. No será fácil conjugar las gestiones del Departamento de Estado con los reiterados anuncios de Irán de seguir adelante con su programa nuclear. La Casa Blanca anunció la semana pasada que Obama haría su primera visita a Israel y los territorios ocupados desde que es presidente esta primavera.
El presidente aprovechará la oportunidad para anunciar el repliegue de 34.000 soldados de Afganistán antes de que termine 2013 (Está previsto que las tropas de EE UU y la OTAN abandonen el país en 2014). Aunque se hará sabiendo que un potente ejército con el uso de la más avanzada tecnología –léase drones- seguirá protegiendo al país de las amenazas de los militantes de Al Qaeda.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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