Will Smith rompe cuatro años sin hacer cine con "Hombres de negro 3", la saga de ciencia ficción que en esta ocasión viaja al pasado, a la década de 1960. "No creo que viajar en el tiempo hacia atrás sea una buena idea para los afroamericanos", dice la estrella sobre la dura lucha por la igualdad de derechos civiles en esa década.
En Río de Janeiro, Will Smith con su amigo y coestrella, Josh Brolin, van relajados, como amerita esta locación con playa eterna, piña colada, el rito de Copacabana, arena y sol.
Smith y Brolin ríen como si esto fuera un carvanal de la comedia, frente a la prensa internacional que llegó a ver y hablar de "Hombres de negros 3" (ver tráiler), la ahora trilogía de ciencia ficción que expande y hace real uno de los mitos paranoicos de la cultura pop estadounidense: la existencia de vida extraterrestre y, además, de una vida burocrática y gubernamental encargada de ocultar cualquier pista o prueba de que los aliens ya están entre nosotros. Como Michael Jackson lo era en la segunda parte y como Lady Gaga lo es en esta secuela. Claro, de ficción.
El director Barry Sonnenfeld, creativo detrás de las tres películas, puso una nota altísima en la primera cinta, una alegoría metafórica sobre la tolerancia -racial, social, económica- de la sociedad norteamericana desde la década de 1990 hasta el 2000, donde un inmigrante tratando de cruzar la frontera era, literalmente, visto como un extraterrestre. Un alien, en inglés, también significado de extranjero, distinto y lo otro, y por eso, a pesar de su tono de comedia, liviandad y cultura matiné, habían ideas que hablaban de algo más que bruta evasión y por eso Sonnenfeld se ganó adeptos, porque habló de la diferencia, con tono pop corn.
Ahora con el regreso de la franquicia, 14 años después, sigue el factor de pura diversión de la mano de un 3D realmente bueno (hay que distinguir entre la mediocre y la notable manufactura de 3D). Pero en este regreso hay anotaciones imposibles de obviar sobre el racismo en el pasado de Estados Unidos y, de nuevo, sobre la tolerancia.
Will Smith, que vuelve a interpretar al agente J, lo aclara cuando responde una pregunta sobre viajar al pasado y una interrogante relacionada directamente con este plop que "homenajea" a otras sagas, como "Volver al futuro" y "Terminator".
En "Hombres de negro 3", que debuta este jueves en cines nacionales, Will Smith rompe la rutina con su compañero K (Tommy Lee Jones) en esto de corregir y detener a aliens que se pasan de listos en la Tierra, cuando un villano extraterrestre escapa de su prisión lunar y se dispone a cambiar el pasado. Su propio pasado y el pasado del agente K, quien en la década de los '60 fue capaz de detenerlo. Entonces, el malo-malo viaja hacia atrás en el tiempo, K es eliminado y J, nuestro Will Smith, viaja también a ese nefasto año para salvar a la versión joven de su amigo y mentor: un notable Josh Brolin imitando y reproduciendo los gestos y caras de Tommy Lee Jones.
Entonces acá viene la pregunta a Will Smith sobre esto de los viajes en el tiempo: "Bueno, cualquier lugar en el pasado es mucho peor para mi gente: si los afroamericanos retrocedemos en el tiempo sólo hay esclavitud, falta de libertades civiles. Los blancos pueden ir adonde quieran", responde con convicción y risueño esta figura de la industria del entretenimiento, sensible a los temas que involucren discriminación por el color de la piel.
Y aunque "Hombres de negro 3" sea comedia, fantasía delirante y ciencia ficción en 3D, de una calidad positiva y mejor al promedio de Hollywood, Smith cuenta con un par de escenas atinadas que reivindican esto de los derechos iguales para todos. En la película, viaja a la década de 1960, pero recibe el maltrato de la policía, sólo porque es un hombre de color bien vestido y manejando un auto último modelo.
El sueño de ser Mandela
"Me mueve mucho hacer de Mandela", dice. "Ese es el único papel que me quita el sueño. Y bueno, estoy dejando ya los papeles de joven y en un par de años más ya voy a interpretar personajes mucho más maduros. Y siento que la historia de Mandela y del Apartheid no ha sido desarrollada o mostrada al mundo de la forma como la siento en mi mente. Es una historia humana perfecta", afirma.
Y agrega, hablando de cosas hipotéticas, un comentario de sumo real: "Yo soy un seguidor de Obama. Una de las cosas que me molestaba antes es que si salía una película en la que un negro era presidente era como "oh, aquí vamos nuevo, otra basura de Hollywood". Y ahí están los ejemplos: Danny Glover como mandatario en la película de ciencia ficción "2012".
Pero sigamos con la fantasía. Con una estética e imagen que tributa a la serie "Mad Men", mucha gomina, trajes formales y los '60 de catálogo, esta cinta, bajo la guía de Sonnenfeld, muestra el cuartel general de los hombres de negro como si fuera una reunión de extraterrestres sacados de películas de serie B de esa década. "Barry tuvo la genial idea de usar esa estética sesentera, con astronautas de cascos enormes, aliens con capas", dice entusiasmado Will Smith. También se recrean lugares históricos de la cultura pop norteamericana, como The Factory, el cuartel general de Andy Wharol, y la contracultura de esa nutritiva década en materia artística.
Casi todo apunta al pasado en "Hombres de negro 3", incluso el pasado de Will Smith cobra mayor relevancia por un hecho de la causa. Este filme rompe un silencio y ausencia de cuatro años lejos de Hollywood y la industria del entretenimiento. Como actor y estrella.
"Ahora estoy eligiendo más acerca de mi vida… dónde quiero estar, las ciudades en las que quiero trabajar. Algo como 'Hombres de negro 3' (…) Lo que me fascinó fue el concepto, la idea del salto en el tiempo para salvar a mi compañero que fue asesinado en el pasado. Y además que estuviera Josh Brolin encarnando al joven Tommy Lee Jones... Los elementos funcionaban y me entusiasmaban. Además no estaba en un proyecto casi hace cuatro años. Y volví con muchas energías, además que es importante recordarles a las personas quién es Will Smith", afirma.
Al ser consultado sobre sus roles más complejos, Smith no tiene dudas. "Siento que necesito enfrentar nuevos desafíos cuando tomo un papel. Y bueno, 'Alí' es mi mayor reto. Y 'En busca de la felicidad' es lo más cercano a una película perfecta en la que he estado. Y estos cuatro años me he dedicado a crecer como persona, cosa que no había podido hacer en todos esos otros años de mucho trabajo. Y ahora estoy muy entusiasmado por los tres o cuatro proyectos que se vienen y que son drásticamente diferentes".
Y yendo al pasado más profundo de la estrella de "Soy leyenda", de la serie "El príncipe del rap", hay un niño de diez asombrado, con la boca abierta frente a una pantalla de cine. "Creo que la única película de ciencia ficción que realmente me remeció fue 'La guerra de las galaxias'. Fue la primera película que me hizo pensar en la posibilidad de hacer películas. Yo habré tenido como 10 años o algo así cuando la vi y tuve esa sensación de que uno podía hacer lo que quisiera. El concepto de que puedes hacer cualquier cosa, que tus personajes pueden ser lo que quieran… ¿Qué es lo más extraño que puedes concebir? Eso es lo que yo estoy tratando de desarrollar en mi carrera", declara.
Lissette Garcia
RosasSinEspinas
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